¿Qué decir de aquel Cayo Lara, el mismo que, tras entrevistarse con el Rey exhibiendo «iconografía» republicana, no se le ocurre una idea más genial que pedir la intervención del Monarca en el caso de la activista saharaui Aminatu Haidar? O sea, que, tras declararse republicano y manifestar que parte de sus objetivos políticos van en la dirección de que se proclame una 3.ª República, tiene a bien poco tiempo después solicitar la intervención milagrosa de la persona que heredó de Franco la Jefatura del Estado. Esto es racionalidad política, sí, señor. Esto es marxismo en estado puro.

¿Y qué pensar, otrosí, de esa demostración sindical ante la Puerta de Alcalá? ¿Contra qué se manifestaron? ¿Contra quién? ¿Acaso, como escribió alguien, contra Carlos III teniendo en cuenta su exhibición de pancartas y estandartes ante ese monumento al que cantaron en su momento destacados miembros en la actualidad de ese chiripitifláutico gremio de la ceja? ¿No tienen ninguna autocrítica que hacer por no ser capaces de frenar el paro que hay en este país? ¿Es la política del Gobierno de Zapatero, en lo social y en lo económico, la mejor posible? Porque si esto es así, miedo da plantearse siquiera cómo serán las peores.

¿Es consciente la izquierda política y sindical de su pérdida de rumbo? ¿Qué discurso político tiene IU desde que Anguita se retiró de la política? ¿Qué republicanismo es el suyo? Porque yo no veo más que topicazos. ¿Qué discurso tiene el señor Méndez? Bien, sabemos que no está de acuerdo con abaratar el despido. Sólo faltaba que su postura fuese otra en tal sentido. ¿Pero ha tenido a bien poner propuestas sobre la mesa para frenar el paro? En cuanto al señor Toxo, no lleva mucho tiempo al frente de su sindicato, pero tampoco conocemos propuestas concretas de su parte.

¿No es posible un discurso político que, sin tener nada que ver con el estalinismo que bien sepultado está, defienda una sociedad más igualitaria y más libre? ¿De qué izquierda estamos hablando cuando algunos parecen estar dispuestos incluso a que desaparezcan los impuestos sucesorios? ¿De qué izquierda estamos hablando cuando nadie quiere renunciar a las canonjías en entidades financieras públicas de las que cobran dinero al margen del sueldo que perciben en pago al ejercicio de su cargo público? ¿De qué izquierda estamos hablando cuando los «liberados» sindicales se abrazan a su beato sillón en muchos casos de por vida desconectando totalmente de los problemas que sufren los trabajadores a los que dicen representar?

Esa izquierda que da tumbos, que incluso es capaz de mirar para otro lado cuando hay políticas medioambientales que son propias del capitalismo más salvaje. Esa izquierda que da tumbos, que no es capaz, no ya de plantear alternativas a lo que tenemos, sino que además ni tan siquiera sirve de freno a la pérdida de empleo en su vertiente sindical.

Dígannos, señor Méndez y señor Toxo, qué les deben a ustedes los trabajadores que cada día están perdiendo su empleo. Dígannos qué pueden esperar de sus iniciativas. Dígannos, en fin, si a ustedes no les inquieta la escasísima afiliación sindical que hay en este país.

¿De verdad se atreverían ustedes a negar que se han acomodado en exceso, que han perdido sus orígenes? ¿Ustedes por ventura pueden creerse que el empresariado les respeta mínimamente cuando no se privan de mandar cada día más trabajadores a la calle?

¿No están, señores míos, dispuestos a reconocer que la excesiva dependencia económica que tienen del Gobierno de turno les ata de pies y manos? ¿Hay en ustedes la más mínima voluntad de rendir cuentas de sus resultados a la hora de la gestión que hacen administrando recursos públicos para la formación de trabajadores? ¡Ay!

Esa izquierda que da tumbos, esa izquierda de partidos políticos que se reclama tal. ¿Son comunistas los principales dirigentes de IU? En ese caso, ¿qué comunismo defienden? De no ser el soviético ni el coreano, ni el cubano, ni el chino, como me imagino; ¿cuál es? ¿En qué consiste? ¿Con qué discurso piensan concurrir al respecto en las próximas elecciones, sean municipales, autonómicas o de ámbito nacional? ¿Es socialdemócrata el PSOE? ¿Va en esa dirección su política? ¡No me hagan reír!

Esa izquierda que da tumbos, que agoniza, que se entrega, que no esgrime un discurso que la sostenga, cuyos dirigentes no renuncian, salvo excepciones, a privilegios que colisionan frontalmente con lo que podemos considerar un discurso no ya progresista, sino tan siquiera decente.

Esa izquierda que da tumbos, que recomienda el consumo masivo, que habla de «educar en valores» y que cosecha no sólo los estrepitosos fracasos que viene mostrando el Informe Pisa, sino también la preocupante angustia de una adolescencia y juventud a las que han conseguido en la mayor parte de los casos hacerlas sentir fuera de un sistema que, en teoría, apadrina la izquierda. Y que no promueve, más allá de cursiladas y topicazos, un sistema educativo verdaderamente igualitario.

Esa izquierda que da tumbos, que crea y fomenta una jerigonza de lo más ñoña, que lanza cortinas de humo muy fáciles en este país para escandalizar a algún obispo tridentino, pero que ni en lo cultural, ni en lo social, ni en lo educativo, ni en lo económico hace una política que consiga unos mínimos resultados.

¿De qué izquierda estamos hablando cuando, en el caso de Aminatu Haidar, ni siquiera es capaz de asumir la forma tan vergonzante en que este país abandonó al pueblo saharaui, y, tras catorce años de Gobierno de González y el largo quinquenio zapaterista sigue sin resolver dignamente este asunto? ¿Tanto es el miedo que se le tiene a Marruecos?

Esa izquierda que da tumbos al tiempo que cada día hay más parados en España. Esa izquierda que da tumbos entre las ocurrencias del señor Lara y las demostraciones sindicales, casi de verticalidad, que hacen UGT y CC OO.

¿Era esto la izquierda?