Si se hiciese caso a la secretaria general del PSOE, Leire Pajín, ya ha comenzado el «acontecimiento interplanetario», pues nuestro Rodríguez Zapatero ha sido nombrado presidente de la Unión Europea.

Coincidiendo con este acaecimiento estuve en Alemania y Austria. Mientras leía el «Frankfurter Allgemeine» alemán, el «The Economist» y el «Financial Times» ingleses, escuchaba las noticias en las televisiones alemanas y austriacas. Les tengo que decir que inicialmente pasé un mal rato, e incluso les reconozco que me enfadé, pues todos los periódicos y televisiones coincidían en las dudas que suscitaba Rodríguez Zapatero para liderar la Unión Europea durante los próximos seis meses. Y digo que estaba molesto porque como español, y mucho más estando en el extranjero, no me gusta que se hable mal del presidente de España.

Aunque, una vez que se me pasó la inicial euforia españolista, y reflexionando un poco más sobre los argumentos utilizados por los principales comentaristas europeos, comprendí que la desconfianza del resto de Europa era normal. La situación de España es demasiado mala para que su presidente conduzca a Europa en la salida de la crisis.

Con una tasa de paro del más del 19 por ciento (casi el doble de la media europea y subiendo), y un crecimiento del PIB que será negativo en el 2010 (al contrario de las grandes economías europeas, que estarán en positivo), España no es precisamente un Estado cómodo, sino todo lo contrario, es un lastre a futuro para la Unión Europea. Y siendo así, ¿cómo no van a cuestionar los europeos a nuestro presidente si cada vez son más los españoles que lo cuestionan?

Pero cuando llego a España y leo que el Gobierno se gastará 83 millones de euros en los fastos de la Presidencia europea, y que parte de estos gastos son pañuelos y corbatas, la creación de una web o la contratación de una productora para publicitar a Zapatero, la frustración se convierte en abatimiento. Piensen ustedes que, según el estudio de una prestigiosa consultora española, con 100.000 euros bien invertidos se pueden crear 5 puestos de trabajo. Luego con 83 millones se podrían crear más de 4.000. Es decir, se resolvería el 40% del desempleo de la Comarca de Avilés. ¿No piensan ustedes que mejor se emplearía ese dinero en crear puestos de trabajo que en el «acontecimiento interplanetario del siglo» de la Presidencia de Zapatero?

Decía Johnson que «se puede tomar por compañera a la fantasía, pero se debe tener como guía a la razón». Hoy por hoy la razón está en la creación de puestos de trabajo, en tanto que la fantasía está en la mente de nuestro presidente.