Tengo entendido que uno de los primeros actos que presidirá el nuevo arzobispo de Oviedo, don Jesús Sanz, será la presentación el día 4 de febrero, en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, del último libro de una periodista asturiana residente en Galicia: Magdalena del Amo. Es significativa la voluntad de presencia en este acto del nuevo prelado, quien se caracteriza por sus gestos valientes y comprometidos, y en el caso que nos ocupa supone un testimonio de apoyo a un mensaje esclarecedor sobre una actualidad en carne viva.

Sólo conozco a Magdalena por una conversación telefónica y, todo hay que decirlo, por la escueta biografía que nos ha servido la solapa de contraportada de su libro; y, aun mejor, por el contenido del mismo, pues es bien cierto que, como nos advierte la Escritura, por sus hechos conoceremos a las personas.

Tras una larga trayectoria vital y profesional a través de medio mundo, la autora dirige en Popular TV de Galicia un programa de éxito, «Más allá de la noticia», además de la revista «Orense Siglo XXI»; es columnista de diversas publicaciones y ha escrito varios libros sobre problemas y realidades de ahora mismo.

En casi 400 páginas, y con el título «Déjame nacer. El aborto no es un derecho», la autora no deja cabo suelto sobre lo que Julián Marías consideraba el mayor mal de nuestro tiempo, como es el aborto provocado, ante la generalizada indiferencia de la sociedad. Magdalena del Amo aborda el empeño con el rigor de una investigadora, la agilidad de la periodista que es y la vehemencia de su convencimiento y de su sensibilidad.

Se trata de una profunda reflexión sobre la anestesia social frente al fenómeno del aborto (un delito tipificado, aunque esté parcialmente despenalizado, que, dice, «ya ha causado más muertos que la guerra civil española»), las manipulaciones del lenguaje, la espeluznante tarea de los abortorios, sus métodos crueles y las secuelas de la mal llamada «interrupción», no solamente para sus protagonistas, sino también para la sociedad.

La autora no se para en barras ante la que denomina «la multinacional de la muerte», y apunta a organismos, asociaciones, «oenegés», partidos políticos, laboratorios y conocidos ideólogos, con nombres y apellidos, como responsables del gran holocausto de nuestro tiempo.

El libro, que dedicará sus posibles beneficios a una asociación de apoyo a la vida, también ofrece una dura galería de imágenes de bebés abortados por los diferentes métodos de eliminación, que deberían, creo yo, ser exhibidas en las escuelas y en las televisiones. Dentro de la abundante bibliografía relacionada con el aborto, sin duda esta última aportación ha de ocupar un lugar destacado para quienes quieran estar al día y entender a fondo lo que hay detrás del abortismo de la hora.

No estamos, precisamente, frente un texto pesimista, sino ante a un mensaje palpitante, una vigorosa denuncia, una información indispensable y, a la vez, una llamada a la reflexión, a la acción y al apoyo a tantas organizaciones y personas que luchan en primera línea con un trabajo cotidiano, arduo y callado, sin esperar más recompensa que la gran alegría de salvar vidas en peligro de ser eliminadas. Hay lugar para la esperanza.

Una tarea de salud pública y de justicia social, a la que se suma este nuevo libro de Magdalena del Amo, que será presentado con el respaldo de la indudable autoridad moral de monseñor Sanz Montes. Una contribución impagable, en fin, al entendimiento de este gran drama de nuestro tiempo que se encamina hacia la normalización del infanticidio, y un auténtico alegato a favor de la vida naciente, que protege, sin duda, el artículo 15 de la Constitución.