Moratinos ha cerrado el brillante paso de ministros españoles por el Parlamento europeo. No pertenezco a la Comisión de Exteriores (AFET), de la que, sin embargo, es prominente miembro mi compañera la gijonesa María Muñiz de Urquiza, con la que colaboro más estrechamente si cabe que con cualquier otro miembro del grupo, que no dejan de informarme constantemente. Asturias es la región que en proporción tiene más diputados europeos. Espero que hagamos honor a esa confianza partidista y ciudadana.

El Ministro ha estado cientos de veces en esta ciudad que Cabrera Infante, en sus tiempos de diplomático, llamaba Brubru. Pude seguir su audiencia por los medios audiovisuales que, en directo, el Parlamento pone a nuestra disposición, lo que facilita mucho el trabajo.

Moratinos hizo un repaso de la situación internacional, el funcionamiento de las nuevas instituciones, en las que España vuelca generosidad y sincero europeísmo, como actor siempre pacificador y europeo, tomando la temperatura de tantos conflictos archiconocidos (Oriente Medio, Irán, Cuba, Ucrania, Sahara?). El momento era propicio para comprometer a Europa en los intentos denodados para apoyar la conferencia «euromediterránea», sobre la que se extendió el diputado Raimon Obiols, una auténtica autoridad en el tema. Moratinos alimentó las esperanzas de recuperar el diálogo entre Estados Unidos y China, cuyas aristas tanto envenenan los demás problemas económicos, climáticos y políticos mundiales; incidió en la atención preferente de España hacia Latinoamérica en general y la buena evolución de la situación política en Centroamérica, que abre la vía de prometedores acuerdos comerciales. Siguió apostando por Frontex y una política de cooperación que ayuden contra la inmigración ilegal? El acuerdo en Chipre, que se roza con los dedos, y el de Macedonia, que también es posible para muy pronto, merecieron atención. El diputado del PP, mi buen amigo Kassoulides, expresó palabras sinceras de reconocimiento a Moratinos como buen conocedor del área.

El éxito o el fracaso de la Presidencia española, tan corta en el tiempo por diversas circunstancias, sólo se podrá medir, a medio plazo, valorando la medida en que los expedientes pendientes se hayan impulsado en una buena dirección. En estos momentos, todavía no tenemos constituida la nueva Comisión -el Ejecutivo europeo- que tiene encomendada la iniciativa legislativa que luego los parlamentarios enmendamos. Sin embargo, esta fase de transición se está llevando razonablemente bien y Moratinos es uno de sus mejores garantes, en el convencimiento de mis colegas, aquí, en Brubru.