A ver qué tiene previsto el Nuevo Orden Mundial para nuestro inmediato futuro, porque España -que, según se acaba de ver en la Semana Santa, existe, vaya si existe, y encima sigue siendo católica- no aguanta más.

Quiero decir que aunque el destino está en nuestras manos, hay juegos de fuerzas internacionales poderosísimos -ahí está el 11-M para demostrarlo- que influyen enormemente en nuestra suerte. Y desde esas coordenadas generales no hay duda de que ZP sobra y con urgencia. Ha roto España prácticamente, la ha reducido a potencia de tercer nivel -qué diferencia con aquellos años de Aznar, Cascos, Rato...- y ahora amenaza arrastrar a toda Europa al pozo por el que caemos.

Rajoy está listo para la sucesión. Hace dos años por estas fechas, tras perder las elecciones, desapareció dos semanas y muchos sospechan que en ese tiempo recibió las correspondientes instrucciones del Nuevo Orden Mundial: sucederás a ZP si te olvidas de aquellos niveles siderales de Aznar y pasas de recomponer su maltrecha unidad. Desde entonces el PP es una sombra.

Sólo falta enviar para casa a ZP, que se resiste con la excusa de terminar el encargo -la rendición ante la ETA, el plácet final para el Estatut...-, pero, insisto, el riesgo es demasiado grande como para que siga siquiera un mes más. Como mucho, la semana del derbi.

Llega el tiempo de Rajoy, que cargará con lo peor de la crisis -ojo, lo peor está por venir-, en un par de años, quemado y de nuevo lista la siniestra para volver al poder. Y es que el Nuevo Orden Mundial es progre, detalle que se le escapa al PP, especialmente al sector pío, siempre en Babia.