Lo del posible regreso de Álvarez-Cascos a la política activa, más que un rumor, señora De Cospedal, supone un auténtico ciclón, sobre todo aquí en su tierra. Originó un vendaval en el propio PP de Asturias. Seguro que, aunque más de uno haya intentado fijar las ventanas ante el remolino de viento que se formó con la hipótesis de su vuelta, se dio por vencido y no tuvo más remedio que permitir que entrase el ventarrón, dándole tiempo, en el mejor de los casos, a poner pisapapeles sobre lo que había sobre la mesa para que no saliese todo por los aires. Y, para seguir, podemos estar seguros de que este rumor no fue festejado por los partidos de la llamada izquierda que nos gobierna.

Y, puesta la memoria en marcha, empezando por su propio partido, no es un secreto que, cuando Gabino de Lorenzo dio el paso a encabezar la lista del PP en Asturias al Congreso de los Diputados, esa decisión no fue del agrado de Cascos, y, por tanto, las relaciones entre estas dos personas vinieron siendo durante los últimos años manifiestamente mejorables. Aun así, Gabino de Lorenzo no pudo negarle el plácet a este rumor, manifestándose jubiloso ante la posibilidad de que su compañero de partido opte a la Presidencia del Gobierno de Asturias. Y no olvidemos que, meses antes de que el primer edil ovetense se pronunciase al respecto, le precedieron en el clamor otras agrupaciones locales del PP, no sólo los incondicionales que aquí tiene. Tampoco dejemos de lado que Gabino de Lorenzo, cuando dio el paso al Congreso de los Diputados, nadie ponía en duda que podía ser la antesala para luchar por el Gobierno de Asturias. Pero las cosas no le salieron como esperaba. ¿Quién le iba a decir a Gabino que el señor Cuesta, al que había derrotado en el Ayuntamiento de Oviedo tan clamorosamente, llegase a obtener en Asturias más sufragios que el hasta ahora invencible primer edil de Oviedo?

¿Y qué decir de Ovidio Sánchez? Fracasó por tercera vez en los pasados comicios, no consiguió formar parte de la lista del PP a Europa y no renovó el partido en Asturias, porque si Cascos llega a presentarse no será por la intermediación del señor Sánchez, sino por la voluntad propia del ex ministro de Fomento. Y a este respecto, más allá de la larga y estéril interinidad de Ovidio Sánchez, conviene recordar que el partido conservador, desde la crisis que se padeció a resultas del enfrentamiento entre Marqués y el propio Cascos, no levantó cabeza en Asturias, y, en ese sentido, no parece inapropiado que sea el propio ex ministro quien regrese para intentar recuperar un Gobierno que se perdió, al menos en parte, por aquella ruptura de la que don Francisco fue uno de los principales protagonistas. Y, en todo caso, 11 años lleva esta formación política en Asturias sin salir del bache en el que entró a raíz de aquella crisis. Cabría colegir, por tanto, que no han sabido reponerse de aquel mazazo.

¿Y qué decir de la izquierda gobernante ante esta eventualidad, que tanto está removiendo? Oficialmente, la FSA no ha deshojado la margarita de quién será su candidato a las próximas elecciones autonómicas. Pero para nadie es un secreto que Ovidio Sánchez sería un rival mucho más fácil de batir. Por eso tiene mucho interés seguir los acontecimientos para comprobar si don Javier Fernández se atreve a enfrentarse electoralmente a Cascos, caso de que, al fin, se produjese su regreso a la política activa.

Vendaval Cascos. Del rumor de su posible regreso a la política desde Asturias se han ocupado todos los grandes diarios nacionales. Dicho de otro modo: Asturias es noticia por su posible vuelta a la política.

Vendaval Cascos. No tardará en repetirse el acostumbrado espectáculo de tener que soportar discursos hiperbólicos en su favor por parte no sólo de sus devotos de siempre, sino también de los que quieran subirse al carro en el último momento, frente a aquellos otros llenos de mezquindad que le niegan a este hombre todo lo que hizo por Asturias desde el Ministerio de Fomento. En su momento escribí sobre ello hablando de que Cascos estaba entre edecanes que lo agasajan hasta el empalago y alevosos que le niegan la evidencia.

Vendaval Cascos. Sus últimas declaraciones acerca del «caso Matas» y de los sobrecostes del Musel han levantado ampollas y, desde luego, no pueden considerarse afortunadas, porque no se trata de echar balones fuera cuando un compañero de partido está encausado por un presunto enriquecimiento indebido, aludiendo a lo del Musel, porque sobre esto último, que tampoco suena nada bien, oportunidad tiene y tendrá de documentarse a fondo y actuar en consecuencia.

Sea Areces o Fernández el candidato del PSOE, hablamos de personas que ya han sobrepasado los 60 años; también el ex ministro de Aznar. Así las cosas, no hay relevo generacional en la política asturiana. El único cambio posible, eso sí, de gran relieve, sería que el PSOE dejase de gobernar en esta tierra, pues lo viene haciendo desde la preautonomía, con la excepción del período de Marqués.

Si el ex vicepresidente se presenta, otra de las cosas que tendríamos aseguradas sería que, además de Gobierno, habría oposición. Es decir, si venciese el PSOE, Cascos no sólo intervendría en el debate sobre el estado de la región. Y si triunfase don Francisco, el PSOE, con don Javier o con don Vicente, ejercería una incisiva tarea de oposición. Es decir, el PSOE dejaría de ser en Asturias «el régimen».

No se puede negar que esto se anima.