Cada vez más ciudadanos tenemos la percepción de que estamos gobernados por incompetentes. Este Gobierno es incapaz de idear, instrumentar e incluso copiar políticas adecuadas que mejoren la situación económica o por lo menos que puedan detener esta cuesta descendente. Pero lo más lamentable, queridos lectores, es el insulto a la inteligencia de todos los españoles a través de las declaraciones del Ejecutivo, improvisadas y poco creíbles, inducidas como consecuencia de que este Gobierno se ve continuamente sorprendido por los malos datos que arroja el escenario económico español, lo que es un signo inequívoco de la deforme percepción que tienen de la realidad. Estos últimos días nos han dejado algunos ejemplos. Así, nos encontramos con que el FMI (Fondo Monetario Internacional) ha publicado recientemente que la crisis española será mucho más prolongada y dejará profundas cicatrices. Añade que España no crecerá a tasas del 2% hasta el año 2016 y, como ya les he comentado en estas mismas páginas que solamente se crea empleo neto a partir de un crecimiento de 2,5% del PIB, cualquiera con pocas luces llega a la conclusión de que el paro continuará su deplorable caída. En vez de tomar nota, la Ministra de la cosa, más preocupada de su imagen personal y su atuendo, ha calificado estas previsiones de «peculiares» mientras esbozaba una media sonrisa de guasa. Hace unos días el Banco Mundial, a través de Louis Serven, ha declarado que en Europa volverán los crecimientos de dos velocidades: Grecia, Portugal, Irlanda y España se quedarán atrás. La declaración del Gobierno, impregnada de cierta vanidad, ha sido: «España no es Grecia». La consultora Picewaterhouse, una de las más serias y prestigiosas del mundo, ha realizado una encuesta a 358 contrastados especialistas sobre el sombrío panorama español. No les voy a resumir sus pronósticos pesimistas porque llenaría esta página entera, pero sí les diré que el 76% de ellos no se cree que nuestro país pueda cumplir el plan contra el déficit que ha presentado el Gobierno ante Bruselas y, por lo tanto, ven inviable reducirlo hasta el 3% en 2013. A tenor de la cotización de la deuda española y la reducción de su «rating», los mercados tampoco se lo creen. La respuesta de la Vicepresidenta, poniendo cara de acelga, ha sido: «Se trata de una opinión más».

Y para no cansarles, la última muestra del despropósito de declaraciones tiene que ver con la cifra de parados que ya casi alcanza -contando los que están en formación- los 5 millones. El presidente del Gobierno (es la décima vez en 15 meses que lo dice), en un ataque de originalidad, ha afirmado que a partir de ahora las cifras empiezan a mejorar (otru mejoritu, como diría P. Pola). Mientras tanto, el sector público ha aumentado en 100.000 funcionarios más con cargo al Presupuesto. Cuiden sus ahorros, queridos amigos, porque con esta situación pueden quedar reducidos a la mitad.