Ya Plinio, en su «Historia Natural», trató hace siglos sobre el absurdo comportamiento del avestruz, estúpido animal que cree que ocultando la cabeza está todo a cubierto y a salvo de los cazadores.

Gran parte de los problemas que aquejan a la sociedad actual son consecuencia del comportamiento de los/las avestruces que rigen nuestros destinos.

Claro que hay crisis. Pero también políticos incapaces de resolverla. La culpa de que vuelvas a casa calado hasta los huevos no es de la lluvia, gilipollas, es que has salido sin paraguas. La responsabilidad del desbordamiento no corresponde al río. Más bien a quien no construyó diques para contenerlo.

No siempre conviene culpar al conductor del accidente de tráfico, mejor culpar a quien no es capaz de regularlo o quien no ha sabido dar al peralte el arco óptimo de la curva, quien ha descuidado el asfaltado del pavimento, la señalización, etcétera.

Algunos, casi todos, los/las avestruces que no quieren ver desvían la cuestión sobre los perversos y corruptos, sobre la mentira y la insolidaridad.

El año pasado ha sido francamente horrible. El año presente no es mucho mejor. El paro aumenta a los políticos «avestruzados» siguen sin levantar la cabeza.

Yo les pegaría una perdigonada en el trasero.