El Conseyu de la Mocedá de Xixón acaba de vivir las agitadas elecciones de la nueva junta directiva. Había dos candidaturas y una de ellas fue anulada al caérsele en el mismo día de autos una parte de los integrantes, Cruz Roja. Ganó con 40 votos a la coalición de jóvenes de PSOE e IU y alguna otra entidad afín, pero la candidatura anulada -que encabezaba Abierto hasta el Amanecer- obtuvo 38 escrutinios, es decir, sus leales votaron igualmente para dejar constancia de su elección.

Por tanto, se da un resultado muy apretado justo después de que una de las candidaturas se desintegrara. Damos por supuesta la legalidad del proceso, pero ambos sucesos hacen sospechar que las cosas están un poco oscuras en los sótanos del Conseyu. Hay quien ha dicho en algún foro que ¡vaya pena!, que tan jóvenes y ya metidos, no en política, sino en el lodazal político. Esto constituye un craso error de enfoque antropológico, del mismo modo que lo es pensar que el mundo de los niños es por naturaleza un paraíso, en comparación con el de los adultos. Hay decenas de experimentos acerca de infantes capaces de desarrollar en su grupo cotas de crueldad inusitada. De los jóvenes en la franja de menor edad cabe predicar lo mismo: a poco que adquieran los rudimentos mínimos, alcanzarán las mismas cotas de peligro que sus adultos. Esto no debe alarmarnos: nuestros jóvenes están preparados para todo. Queremos decir que para el «todo vale», ya que es el paso de los años el principal maestro de que no todo vale, de que no todo se puede hacer, de que no todo es justificable, de que el «no» existe y que la negación -no la nada, que es invento de la tonta autoayuda divulgativa- es la raíz de toda sabiduría.

Alcanzar cotas de peligro se logra, ya decimos, con unos pocos rudimentos y gracias a la gran capacidad de absorción indiscriminada del humano joven. Por ejemplo, el edil Montes Estrada (IU) bendijo el resultado de las elecciones en el Conseyu y razonó del siguiente modo: si PSOE e IU, la izquierda plural, gobiernan en el Ayuntamiento, ¿cómo no ha de suceder lo mismo en el Conseyu? ¿Está claro cómo todo puede justificarse?