El experto infundió miedo. Manuel Vázquez, comisario jefe de la Brigada de Investigación Tecnológica (BIT), pronunció recientemente una conferencia titulada «Ciberdelincuencia e instrumentos para combatirla» en la Escuela Universitaria de Informática de la Universidad Politécnica de Madrid. Los alumnos escuchaban en silencio. Horas más tarde, una declaración: el cibercrimen «es más rentable que el tráfico de heroína», vino a decir Guillaume Lovet, ingeniero formado en el Georgia Institute of Technology de Estados Unidos, ahora al frente de una compañía de seguridad. Y es «menos peligroso y más fácil», añadió, pues necesita menor infraestructura para realizar los delitos. Tercera referencia: jornada de pánico en la Bolsa de Nueva York (NYSE ), donde «las máquinas se apoderaron de Wall Street», según una versión cercana a su organización interna.

Las tres están interrelacionadas informáticamente. Son los peligros de la existencia actual, de la «tecnología punta» que gobierna la «vida moderna», en terminología popular. Portavoces de la más importante Bolsa mundial dieron a entender que muchos de los programas intervinientes en el mercado electrónico contienen órdenes automáticas para realizar compras y ventas de valores cuando éstos suben o bajan un porcentaje determinado, las llamadas «operaciones algorítmicas de alta velocidad». Una descoordinación entre centros bursátiles días pasados hundió durante seis minutos los mercados mundiales. Así, determinadas acciones pasaron de 74 dólares a una centésima de centavo por órdenes automáticas al activarse en Nueva York un mecanismo que ralentiza algunas cotizaciones electrónicas para que los operadores tengan más tiempo para decidir, mientras que en Chicago ese mecanismo no se activó.

Otro peligro informático, la delincuencia cometida a través de la red, que mueve entre 40.000 y 120.000 millones de euros anualmente, según distintas fuentes. Guillaume Lovet argumenta la enorme rentabilidad del delito internáutico apoyándose en su facilidad. Se basa en que el tráfico de heroína requiere una serie de pasos (cultivo, transformación en «polvo», transporte, distribución...), y aunque el beneficio es mayor, se reparte entre muchos intervinientes. El cibercrimen no necesita tanto personal. Lovet habló de los tipos de negocio, jerarquías, técnicas para infiltrar o atacar un sistema informático y también de la conexión entre el terrorismo y el fraude en la red y de las debilidades del software. «El PDF es el formato más vulnerable que existe», dijo.

El mayor peligro, sin embargo, está en lo más pedestre de las comunicaciones por internet. El comisario Manuel Vázquez pormenorizó los problemas más significativos en peligros como el «grooming» o acción deliberada de adultos para establecer lazos de «amistad» con niños; el «ciberbullying» o ciberacoso, que consiste en lanzar ataques o amenazas por medio de mensajes (e-mails), llamadas, blogs?; el «phishing», el intento de conseguir información confidencial de forma fraudulenta (una contraseña, información sobre una tarjeta de crédito o datos bancarios); el «malware» o software malicioso, cuyo objetivo es infiltrarse en el sistema para dañar un ordenador ajeno; los «muleros», empresas falsas que ofrecen trabajo desde el domicilio pero que en realidad pretenden blanquear dinero procedente del «phishing»; o las llamadas «scams», sitios web que ofrecen un producto o servicio que es falso, es decir, una estafa. Esto es una mínima muestra de los peligros de los que tenemos que huir.