El presidente del Gobierno, del PSOE, señor Zapatero, se ha visto obligado por la realidad económica a rectificar su política de gasto iluso, con un déficit presupuestario galopante en 2009. Recortará 6.000 millones de euros de inversión pública productiva entre 2010 y 2011, paralizando las infraestructuras precisamente cuando es más necesario crear actividad y empleo. Bajará un 5% el sueldo mensual de los funcionarios desde junio, para ahorrar 2.400 millones en 2010, pero no aclara lo más importante: si esa reducción se va a consolidar en el futuro o si, como figura en el acuerdo firmado con los sindicatos, se recuperará la capacidad adquisitiva en 2012.

Congela la pensión a 6 millones de personas (otros 2,6 con pensiones mínimas quedan excluidos), para ahorrar 1.500 millones de euros, rompiendo la que había sido hasta ahora una de sus más significativas señas de identidad, a pesar del superávit del 0,4% de la Seguridad Social. Y elimina el cheque por bebé de 2.500 euros desde el 31 de diciembre de 2010, para ahorrar 650 millones anuales, cuando España es uno de los países europeos con la más baja natalidad.

Este ajuste es tardío, pues no ha querido antes -primero por interés electoral y después por populismo- ni prevenir la crisis económica ni adoptar las medidas económicas necesarias para superarla. Es drástico, pues al incluir a 6 millones de pensionistas golpea a los más débiles, y es polémico, por cuanto sólo será un parche si no va acompañado de una reforma estructural para reformar el mercado laboral e impulsar la creación de empleo.

¿Es imprescindible congelar las pensiones perjudicando a 6 millones de personas, para ahorrar sólo 1.500 millones? Está claro que no. En el año 2008, en que las televisiones públicas perdían 772 millones de euros, la catalana recibía de los presupuestos 485, la valenciana 313 y la andaluza 243. La deuda acumulada de las televisiones autonómicas catalana y valenciana supera los 1.500 millones. El Banco de Santander tenía 8.900 millones de beneficios en 2009: ¿No hay dinero?

Las exportaciones españolas han aumentado un 15% en el primer trimestre del año, con lo cual el déficit comercial (que estaba en torno a los 100.000 millones de euros, un 10% del PIB en 2008) se ha reducido un 12% y quedaría anualizado en torno a 50.000 millones, a lo que hay que añadir los ingresos por turismo, que equilibran en gran parte nuestra balanza corriente final. Nuestra deuda acumulada es sólo el 60% del PIB.

Frente al 120 de Grecia o 110 de Italia. La especulación bursátil, los tumbos del Gobierno y los titulares de prensa se alimentan mutuamente. Este año 2010 el PIB mundial crecerá en torno a un 4% mientras, el español estará en torno al 0%. Lo que más llama la atención de las previsiones es que el PIB de USA (que lleva 3 trimestres creciendo y está reduciendo el paro) crecerá en torno a un 3% mientras su déficit presupuestario se mantiene en el 10%. Por tanto la clave no está en actuar sobre la consecuencia, el déficit presupuestario, sino sobre la causa, la debilidad de la actividad económica generadora de ingresos.