La tramitación del nuevo Plan General de Ordenación (PGO) de Gijón ha cosechado ya algunos reproches importantes mediante un informe de la Consejería de Medio Ambiente del Principado con una especial invitación a la municipalidad de Felgueroso, para que tenga cuidado con lo que se hace en Cabueñes, Granda, Jove o el Infanzón.

Rápidamente, el edil de Urbanismo, el cabal Pedro Sanjurjo, ha declarado que los consejos del Principado son coincidentes con las prioridades que el Ayuntamiento se había propuesto con el PGO, pero lo dudamos.

Habrá que leer los papeles con cuidado, aunque a primera vista observamos ya que la Consejería habla de un «corredor ambiental» que enlace lugares especialmente valiosos del concejo, mientras que el PGO sostiene desarrollos residenciales -contemplados por el PGOU de 2005, el anulado por los tribunales- que en origen incluían bonitos corredores, pero para vehículos, es decir, verdaderas avenidas poco rurales como las de Castiello o Cabueñes. Esto, más la edificación con densidades apreciables, convive mal con los embellecimientos ambientales, pero no vamos a precipitarnos en el juicio.

Por otro lado, los consejos del Principado incluyen también la recomendación de que se realicen estudios de paisaje para ver cómo el urbanismo impacta en los ambientes naturales. Por tanto, la calidad paisajística ha de ser un criterio de ordenación urbana.

Esto no nos suena nuevo: es pura ley del Suelo de 2008, una norma estatal cuyo texto quedaba alarmantemente diluido en el Documento de Prioridades del PGO que el Ayuntamiento sacó a información pública hace unos meses.

La nueva ley del Suelo va a dar muchos disgustos a los ayuntamientos y mal comenzó el de Gijón al eludir sus prescripciones. Por eso decimos que la Consejería de Medio Ambiente, donde al parecer leyeron más a fondo la ley, le ha hecho el primer reproche al gobierno local de Felgueroso a causa de un olvido patente.