Julio Iglesias se arrepiente de haber perdido mucho el tiempo y el presidente Zapatero afirma que volveremos a la riqueza. Julio Iglesias se refiere al pasado y eso no tiene remedio; si en vez de haber perdido tiempo lo hubiera encontrado (asunto poco simple, el tiempo es esquivo) ahora sería quizá más rico de lo que ya es. Zapatero se refiere al futuro y no es probable que, por mucho que los españoles canten a coro «Y es que yooo amo la vida y amo el amoooor», nos hagamos tan ricos como Julio, ni siquiera en tiempo. El tiempo es un lujo y debería constar en la declaración de la renta. Los alemanes dicen admirar a los franceses porque éstos trabajan para vivir, y no al revés. «Leben wie Gott im Frankreich», o sea, vivir como Dios en Francia, es la expresión alemana más o menos equivalente a estar en jauja. La frase contribuiría, si tal cosa fuera posible, a reforzar el sentimiento chauvinista de nuestros vecinos del Norte y tal vez hiera un poco el orgullo español. Siempre hubo aquí una cierta certeza, con poca base empírica, de que en España se vive como en ningún sitio. Julio Iglesias no vive en su país natal; se entiende que mientras perdía tiempo no atinaba a encontrar raíces. Zapatero sí vive aquí, y habla de enfrentarse a los momentos difíciles. ¿No sería todavía mejor verlos venir con un poco de anticipación? Ocasiones ha perdido, sin duda. El pasado sábado, sin ir más lejos, fue la festividad de Santa Rita, que pasó injustamente desapercibida; no hubiera estado de más ponerle a la santa cuarenta millones de velas.

Y un reportero de «News of the World» se ha hecho pasar por hombre de negocios y le ha sacado a Sarah Ferguson una entrevista con su ex marido a cambio de medio millón de libras. Es verdaderamente de admirar la capacidad de los profesionales de la prensa inglesa para pasarse por quien no son; esa destreza escénica no la tienen aquí ni los profesionales. Y causa auténtica ternura que las víctimas de esas imposturas sean con frecuencia integrantes de la royal family más famosa del mundo. Y más fácil de engañar, por lo que se ve. Medio millón de libras es mucha pasta, en tiempo de crisis las cifras mantienen su valor absoluto, pero su valor relativo se hace más espinoso. David Cameron ha hablado de dinero con Angela Merkel, que tiene una gran intuición para detectar la inteligencia ajena. La suya propia es incuestionable. Se le nota, por ejemplo, en que no posa. Se deja fotografiar en actitud cortésmente apresurada, con gesto serio de omnia vanitas, no puede perder el tiempo. Y eso es muy fotogénico. Que sus colegas la imiten, al menos un poco.