Zapatero se siente orgulloso de sus rectificaciones. Rectificar es de sabios, dice el refrán, pero hagamos una salvedad en el caso del presidente del Gobierno, que rectifica a las pocas horas una medida de ajuste como la de la restricción de crédito de los ayuntamientos porque las primeras reacciones no son del todo favorables. Lo ha hecho otras veces, innumerables. Una cosa es la rectificación ante un error y otra el bandazo político, la falta de criterio: gobernar agobiado por las encuestas y no por las verdaderas necesidades del país que uno gobierna.

Lo curioso de la rectificación a las pocas horas de la medida de restringir los créditos municipales es que con el aplazamiento se producirá seguramente el efecto contrario. Los ayuntamientos, llenos de políticos incapaces e irresponsables, embarcados en la aventura imposible de rendir servicios que exceden sus atributos o promover iniciativas para las que no están llamados, redoblarán ahora su empeño en endeudarse y en el plazo que les queda hasta 2011 se endeudarán todo lo posible, de manera que los ciudadanos pasaremos a deber más todavía. Contra el ajuste, gasto.

Y ¿para qué y por qué se endeudarán? En la mayoría de los casos, porque gastan mucho más de lo que recaudan o son capaces de generar de ingresos. Porque disparan con pólvora ajena y desconocen lo que significa una economía doméstica. Porque los inútiles que pueblan las corporaciones con sueldo a cargo del contribuyente nos cuestan infinitamente más de lo que valen. Que cada lector haga la propia composición de lugar. Porque las elecciones están cerca y la propaganda necesita farfolla y la farfolla sale cara. Porque son incapaces de administrar como es debido el dinero público: algunos de ellos no servirían ni para llevar la comunidad de vecinos en la que viven.

Cameron ha anunciado que los municipios ingleses deberán ahorrar 1.350 millones y el ajuste de cuentas se llevará a cabo sin que los alcaldes rechisten. Ésa es la diferencia entre él y Míster Bandazo. Una de ellas.