España ha estado en los dos últimos meses en el centro de la atención mundial. Por aquí han pasado una multitud de analistas para observar el estado de nuestra economía y tratar de entender qué es lo que estaba pasando. Ha habido momentos en que los mercados han perdido la confianza en nuestro país y el termómetro más real ha sido el diferencial (spread) de nuestra deuda comparada con Alemania, que llegó a alcanzar niveles record. Pues ya ven cómo son las cosas, en dos meses la situación ha mejorado y ha vuelto la confianza de los mercados hacia nuestro país. Ustedes se preguntarán: ¿qué es lo que ha cambiado en estos dos últimos meses?? Pues yo creo que nada, lo que pasa es que se ha conseguido comunicar adecuadamente que la economía española no estaba antes en una situación tan mala, ni ahora tan buena.

A este proceso de mejora ha contribuido positivamente la publicación de los test de solvencia de las entidades financieras que han aprobado todos los bancos y casi todas las cajas calmando a los actores del mercado. Por otra parte, los resultados correspondientes a los seis primeros meses del año de las 35 empresas que cotizan en el IBEX han alcanzado los 24.000 millones de euros, que supone un incremento del 7,8% sobre el mismo periodo del año anterior, lo que viene a demostrar que hay una solidez en la generación de beneficios como consecuencia de que en las empresas más importantes las cosas se están haciendo bien.

También ha contribuido a este cambio de situación el hecho de que las cifras del paro hayan mejorado en los meses de junio y julio, aunque ¡ojo! con la estacionalidad del verano. Habida cuenta que agosto es un mes inhábil, con pocos acontecimientos y propenso al optimismo, nos puede conducir a una cierta actitud de euforia, que es lo que le ha pasado al propio presidente del Gobierno, que le ha llevado a decir: «Estamos mucho mejor de lo que parece y lo vais a vivir», «la presión se ha relajado sobre España abriendo una ventana de oportunidad»; incluso, para contentar a todos, ha remachado «el ave llegará a Asturias en 2012» (ja, ja).

A estos políticos les recuerdo la sabia cita «soy dueño de lo que callo y esclavo de lo que digo», aunque con tantas promesas fallidas, mentir y manipular la verdad se ha convertido en la norma habitual en política, y todo por un puñado de votos. Queridos amigos, llegará septiembre y volveremos a la cruda realidad de que la crisis sigue ahí instalada ya que no se puede hablar de superación de la misma hasta que no se empiece a crear empleo neto y se da la circunstancia de que en este año todavía se destruirá un 2% de la masa laboral. Así que ya lo saben, queridos lectores, mucha prudencia, no se confíen y no se dejen llevar por un optimismo desmedido.