Hubo aplausos en el Ayuntamiento cuando el Gobierno de Zapatero privatizó temerariamente el astillero Juliana, que acaba de fallecer. Asintieron Felgueroso y el PSOE municipal, y hubo ambigüedad en esa cosa extravagante -para asuntos industriales- que es IU. La Alcaldesa acaba de reconocer que en cuanto Vulcano se hizo cargo del astillero lo primero que preguntó es cuánto valían sus terrenos al borde del mar. Vulcano únicamente tenía sed de activos, pues su factoría viguesa ya andaba reseca. Esto lo sabía todo el mundo y se publicaba en los periódicos, pero el Gobierno de Zapatero lo omitió y regaló una pequeña joya mientras Felgueroso asentía. Luego, UGT fue de comparsa con el corsario a ver si se trasladaba el astillero a El Musel; otro papel estelar. Y, finalmente, Ayuntamiento y sindicatos aplaudieron cuando Juliana entró en concurso de acreedores, confiando en que se aclararía el futuro del astillero, pero olvidando que el 70 por ciento de estos procesos acaban en liquidación. Así ha sucedido con la factoría gijonesa y su pufo de 100 millones de euros. Pero hay más. Decimos que Juliana era una pequeña joya porque estaba bien equipado y gozaba de certificaciones como la que le hacía apto para la construcción naval militar. Entonces sucedieron dos cosas. El Gobierno de Zapatero le puso un precio de poco más de dos millones de euros, es decir, quería quitárselo de encima como fuera. Segundo suceso: astilleros peor cualificados que Juliana entraron en Navantia, la empresa estatal militar. ¿Por qué no se salvó Gijón? ¿Quiénes omitieron hacer presión? ¿Por qué esta especie de odio a los astilleros gijoneses? ¿Por qué esta progresiva desindustrialización de la ciudad (Tabacalera, La Camocha, Naval Gijón, Juliana...). No entendemos por qué se empeñan en gobernarnos de este modo.