El pacto del Tizón quedó en nada cuando, a las pocas semanas, de aquella terna -no voy a decir triada, como hacen otros- de candidatos se pasó a uno solo -a sólo una, Isabel Pérez-Espinosa-, así que Pilar Fernández Pardo, que se veía candidata, ya que si la terna llegaba a Madrid su amiga Dolores de Cospedal la escogería a ella sin duda, frustrada hizo mutis por el foro y supongo que estará avizorando nuevos horizontes políticos, porque los que puede atisbar desde la playa de San Lorenzo no parece que le sean muy propicios.

El pacto del fartódromo, también conocido como «L'incoronazione di Poppea», puesto que por entonces se estrenaba tal ópera de Monteverdi en Oviedo, sufrió ayer un desmayo que se me antoja terminal y es que, ante la noticia de que un grupo de notables quiere que sea Ovidio Sánchez el candidato del PP a la Presidencia del Principado, ha saltado Gabino de Lorenzo reafirmando a Espinosa.

Visto lo visto, sólo falta por esfumarse el pacto de la Zoreda, donde, según ciertas versiones, se reunieron algunos jerarcas socialistas asturianos con determinados aparatchick del PP astur para concluir que si tú impides que Álvarez-Cascos sea el candidato del PP nosotros te solucionamos determinados problemas.

No sé si se habrán realizado aún más pactos a la luz del día, a mesa y mantel, bajo cuerda o subterráneos -todos, claro, para impedir que Cascos sea presidente del Principado-, pero a estas alturas, ya me dirán si caben aún dudas sobre lo que va a suceder al final.

A mi juicio, alguien no está diciendo la verdad, de ahí que los acuerdos se desmoronen en sólo unas semanas. Mientras tanto, sigue la hoja de ruta: si se frena a Cascos, perfecto, y si no, se monta una candidatura suicida que logre unos cuantos votos, suficientes como para que quien fuera general secretario pierda las elecciones.

Los más realistas ya juegan pensando sólo en la segunda parte del encuentro, porque la primera la dan por perdida.