Ahí está, delante de todos, la famosa conjunción astral: Rubalcaba, número dos del Gobierno; los cien grandes empresarios le entregan al Rey un documento regeneracionista a fondo -a mi juicio, fue el Rey quien les pidió que hiciesen ese documento-, nueva ronda de ajuste, esta vez de verdadero caballo, con recortes cuatro veces mayores que los de la pasada primavera, despacho de la vicepresidenta económica con el Rey que se filtra al instante, encuentro de los empresarios de marras con ZP, elecciones catalanas al caer en las que saldrán unos separatistas y entrarán otros, según un círculo cerrado que pesa como una losa sobre esa comunidad y sobre toda España y..., señores, algo habrá que hacer para salir de este pantano, ya que además hay quien dice que vamos a la quiebra se haga ya lo que se haga. La conjunción astral apunta a un rápido, profundo e inmediato cambio, si no ¿a qué tanto afán vertiginoso?

La hoja de ruta está señalada fundamentalmente por el macrorrecorte en puertas y el documento regeneracionista de los empresarios; sólo falta decidir quién será el encargado de ejecutar el plan, porque obviamente ZP no cuenta en absoluto para nada y menos para abrir el futuro de España.

En una democracia estarían cantadas y de forma inmediata unas elecciones generales. Pero ya se sabe que vivimos en una democracia de bajísima calidad, así que todo menos preguntar a los ciudadanos. No, eso nunca, y menos ahora que los socialistas perderían se mire como se mire.

Por eso lo esperable es un cese de ZP como aquél de Suárez -por televisión, claro- y, zas, Rubalcaba al poder presidiendo incluso, si el PP pica, un Gobierno de seudocoalición con algunos ministros populares para comprometerlos y, al final, echarles la culpa de todo.

Improvisan sin cesar y tocan de oído, así que puede ocurrir cualquier cosa. Lo único claro es que se están produciendo movimientos de muchísimo calado. Ya veremos.