El Banco de España, que tan oscuro papel ha desempeñado en la crisis financiera de las cajas de ahorros, ha terminado admitiendo que le resulta imposible despolitizar las mismas hasta que el dinero privado fluya y entre a formar parte del capital de estas entidades. Cuando digo que ha desempeñado una labor deslucida, me estoy refiriendo a que no ha sido capaz de llevar a cabo la adecuada función supervisora (que es su misión y cometido) con el rigor necesario. Porque, díganme ustedes: ¿es que el gobernador del Banco de España y su ingente número de altos funcionarios e inspectores no han sido capaces de ver la evolución de los incumplimientos y vulneración de normas de estas entidades en el sector inmobiliario? Claro que lo han visto, pero no se han atrevido a intervenir por presiones y miedo al enfrentamiento con los políticos de las comunidades autónomas, que son los que han venido gobernando y paciendo en las cajas de ahorros con el parabién y respaldo del Gobierno central.

De las 178 personas que se sientan en los consejos de administración de estas entidades, 66 tienen presente o pasado político, y otras 43 tienen vinculaciones estrechas con ese mundo, que es el que ha influido claramente en su designación. Eso, sin contar con los gestores de primer y segundo nivel que han llegado a puestos de relevancia designados a dedo, en muchos casos para cobrar favores.

Hay casos sangrantes como el del Banco Financiero y de Ahorro, que lidera Caja Madrid, que tiene 21 miembros en su consejo de administración, de los cuales once son políticos; es decir, una mayoría del 52%. Otro caso que sobrepasa toda racionalidad es el de Caja Duero-España, que tiene 35 consejeros (sí, han leído ustedes bien), de los cuales 22 -el 63%- provienen de la política o están en activo en la misma. Qué extraña casualidad que ambos son los dos grupos de cajas en peor situación. ¿Cómo se puede gobernar un consejo de administración con 35 miembros?, ni siquiera con 21 como Caja Madrid. ¿Qué decisiones en pro de la entidad pueden tomar estos poltroneros? Lo que les guía a la mayor parte de ellos es el trinque de la dieta y la influencia que se deriva de estar en el consejo.

El Banco de España, organismo supervisor, a pesar de haber inyectado 12.000 millones de euros para reforzar la solvencia de estas instituciones, se ve incapaz de atajar la actual situación hasta que haya inversores privados que pongan capital y entren a formar parte del accionariado de las mismas. ¿Creen ustedes que, con esta mala imagen que dan estos políticos-gestores, algún inversor privado de a pie va a poner una parte de su patrimonio en el accionariado de las cajas? La primera decisión, para ganar credibilidad, que tendría que hacer el Banco de España es limpiar estas entidades de esos políticos sin perfil profesional que, en parte, son los culpables de haberlas llevado a esta situación tan difícil que está impidiendo que el crédito fluya a empresas y particulares.