La reflexión característica de la jornada debería orientarse a la prima de riesgo -lo que hay que pagar o sobrepagar para que los malvados mercados compren deuda española- que ayer se situó en 240 puntos, una cifra estratosférica que no se veía desde las convulsiones de enero y que recuerda lo que sucedió en mayo del pasado año cuando España quebró técnicamente.

El dictado alemán -aquí gobierna Berlín y punto- no ha sido suficiente, de manera que pasadas las elecciones creo que nos espera una nueva cura de caballo, ya que no ha bastado la medicina de burro que nos han aplicado sin pausa durante doce meses.

Esa es la reflexión capital mientras los agentes de Democracia Real, Ya siguen acampados frente al despacho de Esperanza Aguirre, presidenta de la única comunidad autónoma que crea empleo y callan como muertos ante los cinco millones de parados fabricados por ZP.

A ver si hoy repiten la jugada del 13 de marzo de 2004, en que fue violada la jornada de reflexión y acosadas las sedes del PP en toda España. Así ganaron unas elecciones que tenían perdidas de calle.

Frente a las tesis del marxismo revolucionario que manejan los concentrados en la Puerta del Sol -por cierto, los de la Escandalera siguen sin decir ni pío de Riopedre y de toda la banda que sale en las escuchas telefónicas del sumario: que indignación más rara, ¿verdad?-, pues eso, frente al neoestalinismo guay ya ha salido una plataforma pidiendo menos impuestos, Estado mínimo y más mercado.

Es la fórmula de la prosperidad, y las pruebas son indiscutibles: menuda diferencia entre la Alemania del Este y la del Oeste, entre Corea del Norte y del Sur, entre Cuba y EE UU.

La suerte está echada y salvo disturbios teledirigidos -o cosas aún peores- creo que es obvio lo que va a ocurrir mañana, después de la reflexión en curso.

Y no digo más porque respeto las leyes.