Ya me cansa recibir y recibir cartas o emails de carácter oficial políticamente correctos pero llenos de faltas de ortografía, barbarismos lingüísticos e inconsecuencias. Si fuesen correos privados, me traería sin cuidado su contenido formal, pues a los amigos se les permiten las licencias que haga falta. Ahora bien, cuando un funcionario público se dirige a otro funcionario público o a un particular incluso, parece exigible que lo haga ateniéndose a la educación y al uso recto del idioma en que escribe, es decir, con respeto al interlocutor. Aquí cualquiera tutea de mano, se muestra confianzudo, deja entrever que está muy al tanto de la gran equivocación agramatical de «compañeros y compañeras» y «amigos y amigas» (aunque, como veremos, enseguida se le suele olvidar ese doble género), pero, sobre todo, arremete contra las normas de puntuación, contra las concordancias, contra el español, para sacudir a quien recibe su escrito un texto confuso, repetitivo y decididamente infantiloide.

Baste un botón de muestra, del que diré el pecado mas no la pecadora. Tras un «Buenos días otra vez», sin la coma preceptiva, la cosa empieza a pintar mal: «Os vuelvo a reiterar la invitación siguiente», dice. Como «reiterar» significa «volver a hacer algo», la remitente escribe en realidad: «Os vuelvo a volver a hacer la invitación siguiente», vaya por Dios. Se trata de algo relacionado con el deporte, en el que se insiste en que participemos, ya que lo repite tal y como si fuésemos bobos quienes recibimos el correo: «en el que participéis todos los centros escolares. Os invitamos a que participéis». Pues nada, bien participados quedamos de la participación. Y ya empieza lo políticamente correcto: las actividades de tal asunto parece que serán atractivas para «los niños/niñas, pues muchas de ellas no las han hecho nunca», lo cual da a entender que los guajes varones sí las han hecho, todos. Va a haber mucha competición, repítase, no se usen los relativos «en la que» ni «en la cual»: «Va a tener un formato de competición entre centros. En la competición habrá tres categorías de las que a vosotros solo os atañe una». Pregunto: ese «vosotros» sin «vosotras» ¿significa que sólo a los de sexo masculino concierne o se le fue la olla del doble género tan pronto? Debe de ser esto último, pues habla la carta de «alumnos», «adulto», «director», «profesor», «miembro», «los participantes», «los interesados» y «los integrantes» sin que vayan acompañados de sus correspondientes femeninos como pide la nueva moda agramatical. De seguirla, un párrafo que va después (y del que respeto su demencial puntuación) diría nada menos que así: «un equipo de 20 alumnos o 20 alumnas + 2 reservas y además, un capitán o capitana que tiene que ser un adulto o una adulta del centro (director/directora, profesor/profesora, miembro/miembra del AMPA.)». Quede también prístino que será un viernes y que sigue teniéndonos por tardos: «necesito que me confirméis antes del viernes 20 (viernes que viene)», aunque, por cierto, «confirmar» es transitivo: falta anteponerle un «lo». Al final, la concordancia se esfuma: se anuncia el envío de las normas sobre «el desarrollo de las mismas» y de «carteles y dípticos de los mismos».

Entre tanto barullo, me entero de qué va la cosa: va de un «aerobiton», así como suena. Una hora me pasé en internet hasta enterarme de que ese barbarismo (también escrito «aerobithon» y «aerobitón») es un maratón de aerobic, o sea, una actividad larga e intensa de gimnasia musical y adecuada respiración: un palizón, vaya. ¿Tan difícil resultan, por favor, el tratamiento respetuoso, el respeto a las normas gramaticales y un breve texto con su sujeto, su verbo y sus complementos, algo así como «El organismo que dirijo invita a su Centro a participar en un palizón gimnástico cuyas normas adjunto»?