Las últimas elecciones han reflejado fielmente el estado de ánimo de la sociedad española. Los resultados, que han beneficiado al PP, le harán gozar de una mayoría absoluta como nunca antes; sin embargo, la verdad de lo ocurrido se oculta tras el descalabro del PSOE, que ha vuelto a sufrir la abstención y sobre todo, el abandono de una importante masa de votantes, más de cuatro millones. El castillo de naipes en el que, el todavía presidente en funciones, Zapatero, acabó convirtiendo la política nacional, no resistió los vientos llegados con la crisis económica, que se ha cebado de manera especialmente dramática en la destrucción de empleo como consecuencia de los problemas estructurales que el país arrastra desde hace décadas.

Ha llegado el momento de que UPyD se vaya consolidando como fuerza política a tener en cuenta, ahora que cada vez somos más los ciudadanos conscientes de las carencias del sistema, y el escaso interés que muestran PP y PSOE a la hora de emprender las reformas que la democracia española necesita para su regeneración. El ascenso de Unión Progreso y Democracia es otra demostración del estado de ánimo ciudadano y de hasta qué punto se necesita una fuerza política que supere el ya viejo y casposo debate izquierda-derecha, conservadores-progresistas, en el seno de una sociedad plural y abierta que ha emprendido el viaje de ida, abandonando un modelo agotado, y busca nuevas formas de hacer política y gestionar la cosa pública.

Regeneracionismo y transversalidad son las dos caras de la misma moneda. Muchos ciudadanos lo han entendido así y han confiado su voto a un partido político, como es UPyD, que, sin complejos, apuesta abiertamente por la reforma de la ley Electoral en busca de la igualdad real de voto, un modelo de Estado más racional, y una eficiente distribución de competencias que haga sostenibles la educación y la sanidad como pilares, que deseamos sigan siendo, de un debilitado Estado del bienestar.

Se ha puesto en marcha una dinámica que convierte a Unión Progreso y Democracia en un partido con el que contar, una opción política que desde su presentación en septiembre del año 2007 crece sobre bases sólidas.

Un proyecto que entiende la política como la única herramienta capaz de mejorar la vida de los ciudadanos, garantizando derechos y estableciendo deberes con los que alcanzar el bien común; que cree en las personas y no en identidades abstractas vinculadas a ningún territorio. Ideas todas ellas con las que se identifican cada vez más personas; por eso en Gijón votaron UPyD, 3.575 gijoneses en las pasadas elecciones generales de 2008, y el pasado 20 de noviembre lo hicieron 8.328, cifras que se incrementan de manera sostenida en cada cita electoral. Suma y sigue.