Es sabido que se notan los verdaderos amigos cuando pasamos por dificultades y la vida nos sonríe un poco menos. En esos momentos, los que lo son de verdad están ahí, junto a uno, para lo que haga falta. No sólo a las maduras, sino especialmente a las duras.

En esta época de redes sociales y de amigos virtuales por internet, que muchas veces no veremos nunca más que en foto, confieso que soy un poco reacia a ofrecer mi amistad de esta manera. Sin embargo, mi experiencia no puede ser mejor con los miembros de la Asociación Langreanos en el Mundo (www.langreanosenelmundo.org), que ya van conociendo los lectores de LA NUEVA ESPAÑA, y que se trata de una red creadora de amistad -de la buena- sin lugar a dudas.

Desde que me invitaron a formar parte de la asociación en sus inicios, allá por el verano de 2006, he tenido la suerte de conocer más de cerca -aun estando tan lejos- a un buen número de langreanos y langreanas de una gran calidad humana y con los que, poco a poco, hemos ido tejiendo sólidos lazos de amistad. A muchos de entre ellos ni siquiera los conozco personalmente, pero como si los conociese. Hay que decir que en nuestra asociación se comparten muchas cosas nada superficiales y que, en estos años, hemos atravesado juntos las alegrías y las penas de los miembros con sencillez, pero con mucha autenticidad. Los nacimientos, los cumpleaños, los éxitos profesionales, la enfermedad, la muerte... son ocasiones de encuentro -a través de nuestra página en la red- para hombres y mujeres que muchas veces estamos en las antípodas de nuestro Langreo natal, con los que allí viven y con langreanos dispersos por todo el globo. ¡Cuánto anima recibir una tarjetina por tu cumpleaños, unes palabrines de ánimo cuando algo no va, una felicitación porque se enteraron de que algo te salió bien! Yo tuve la alegría de comprobarlo una vez más este verano, cuando mi padre -que sí vive en Langreo- y yo misma, tuvimos cita con la enfermedad. ¡Cuánto cariño en las idas y venidas de correos electrónicos, de llamadas telefónicas, de visitas cuando era posible! Y la cosa sigue, porque todo está hecho con sinceridad, con autenticidad y de corazón.

Aprovecho esta estupenda ventana abierta que es LA NUEVA ESPAÑA para dar las gracias a todos mis langreanos del alma. Me gustaría también que estas líneas -tan sinceras como la amistad de esos queridos paisanos y paisanas- sirvan de llamada a cuantos langreanos me lean, para que se acerquen a conocer de cerca este fenómeno, que crea no sólo amistad, sino verdaderos lazos de familia. Ojalá todas las redes sociales logren este ambiente tan humanizado y entrañable del que gozamos en Langreanos en el Mundo, porque nuestra sociedad frenética -saturada de información y comunicación a menudo despersonalizadas- lo necesita.