Un vecino de la Villa se ha quejado formalmente ante la municipalidad de que estas Navidades llevó a sus pequeños a ver a los Reyes Magos en las Consistoriales y que esperó pacientemente, pero al entrar se encontró con que un grupo de munícipes y de allegados del equipo de gobierno de Carmen Moriyón ya estaban allí dentro, previa entrada de gañote, haciéndoles la corte a Sus Majestades con sus respectivos churumbeles. Con respecto a dicha queja formal, alguien de protocolo del Ayuntamiento ha respondido que siempre ha sido así, es decir, que a los de la casa (consistorial) se les metía un poco antes en el salón de recepciones y después ya se daba suelta al restante pueblo soberano (no lo dice con estas mismas palabras, pero nos entendemos, o sea, que estos tics del antiguo régimen, del franquismo, con su verticalismo, con su adulación de los cargos públicos, con sus prebendas y privilegios para éstos, han resistido al paso del tiempo y a una revolución tan horizontal como la transición española).

Pero reconocemos tener recuerdos un poco vaporosos, porque dejamos de acudir a esos folclores el día que faltó Dioni Viña a la cita. Y también nos había echado un poco para atrás aquel día en que, según la tradición, las tiernas criaturas entraban al salón y eran firmemente dirigidas a saludar a Melchor, a Gaspar, a Baltasar -hasta aquí todo normal- y a... Vicente Alberto Álvarez Areces. De este modo, Gijón debía de ser el único Ayuntamiento de España que ofrecía cuatro magos por el coste de tres, escena que también se repetía la Noche de Reyes, ya que en el balcón de las Consistoriales hablaban -mal que bien- Melchor, Gaspar y Baltasar más este cuarto mosquetero, un mago de la oratoria. Pasó el tiempo y todo hay que decirlo: Paz Felgueroso no se colocaba en la hilera de Sus Majestades y, bien por el hecho de no estar tan cerca, o por ser mujer, o por enseñar los tobillos, los críos no se le acercaban. En cuanto al resto de sucesos y de coladuras, tendríamos que hacer memoria, a ver si recordamos algo antes de que la burra llegue a Belén la Navidad que viene.