Sigue avanzando el debilitamiento de los techos de vidrio de los partidos que se verán las cara en los comicios autonómicos asturianos de dentro de un mes. Es decir, que cada vez hay más oportunidades de arrojarse piedras entre sí. Al mismo tiempo, nuestro particular sondeo de las aceras nos va indicando el reequilibrio de fuerzas políticas que podría darse en el Principado a partir del día 26 de marzo.

En cuanto a las cubiertas puras y cristalinas, al PSOE asturiano le están saliendo trapos sucios de la gestora del suelo del Principado, Sogepsa, aunque bien es cierto que, como en el «caso Riopedre», el núcleo profundo de la Federación Socialista Asturiana (FSA), con Javier Fernández al frente, puede decir de nuevo: «A nosotros, que nos registren».

Ahora bien, siendo un núcleo tan profundo ya podía haber sido un poco más omnisciente, es decir, que la monitorización y control que efectuaban sobre el presidente Vicente Álvarez Areces -hoy venerable senador socialista- hubieran sido un poco más intensos.

Por su parte, en el tejado de Foro Asturias Ciudadanos (FAC) ha aparecido una búsqueda misteriosa, en el «caso Gürtel», de un tal «PAC». La cosa parece un tanto endeble, pero es lo suficiente para que los adversarios políticos busquen con ahínco y firmeza el vínculo entre FAC, «PAC» y Álvarez-Cascos.

En cuanto al PP, habíamos quedado en que la dureza de Rajoy y las consecuencias de los ajustes y reformas en Asturias pueden ser el principal argumento de los oponentes. A ello se ha sumado que Álvarez-Cascos ha comenzado a recordar los oprobios que Mercedes Fernández padeció de su propio partido, cuando se produjo aquella confusa reclamación de responsabilidades sobre el 11-M por parte de Pilar Fernández Pardo.

Respecto al susurro de las aceras, descubrimos indicios de que se va a producir un curioso transitar de votos similar al de mayo de 2011, cuando derecha e izquierda vieron borradas sus fronteras. Continuaremos.