Nos admira el interés que ha mostrado Brigitte Bardot (BB) por el alcalde de nuestra capital, Agustín Iglesias Caunedo (AIC), si bien no parece tratarse de una inclinación entre iguales, es decir, desde BB, el símbolo sexual de toda una época, hacia AIC, el esmerado regidor de la heroica ciudad, que lo mismo se sube a un «mupi» señalizador que desciende a las alcantarillas. Precisaremos más, para que no se produzcan equívocos: el interés de BB en AIC no es esencial, sino instrumental, esto es, causado por la preocupación de la ex actriz de Godard o Malle por la persecución de los gatos callejeros ovetenses. Adviértase la sensibilidad de BB por lo que sucede con la población gatuna independiente de una ciudad civilizada. No queremos ni imaginar la fuerza que desplegaría este antiguo «sex symbol» si lo que hubiese aquí fuera esclavitud infantil, explotación de menores o muertes de infantes por inanición. Queremos decir que la ociosidad y todo el dinero acumulado tras una carrera de estrella pueden producir estos desvaríos.

Pero a lo que vamos es a la carta con interés instrumental dirigida por BB a AIC, ya que conocíamos otro caso a la inversa, en el que tampoco -creemos- intervino más atracción que la derivada del interés público. Nos referimos a la epístola que la alcaldesa perpetua de Gijón, Paz Felgueroso, envió a Brad Pitt cuando vio que el peor actor de la historia del cine había visitado Avilés, se había fotografiado con Areces y había manifestado su interés por Chillida. Así pues, Paz tomó la pluma y le invitó a conocer el «Elogio del horizonte». Éstas eran las castas intenciones, muy alejadas de malograr una pareja tan ideal como la de Brangelina (por cierto, Angelina Jolie, en lugar de amar a los gatos por encima de todas las cosas, se dedica más bien a adoptar niños de diversos colores y naciones). Establecidos esos paralelismos llenos de inocencia, sólo queda una pregunta en el aire: ¿gozará AIC de los mismos reflejos que Gabino de Lorenzo y le colocará -como a Woody Allen- una escultura a BB en Oviedo? Por supuesto, con un tierno gatito.