Huelga decirles que esta interminable situación, que ya dura cuatro años, nos ha empobrecido a todos. Con casi seis millones de parados y la pérdida de una generación de jóvenes magníficamente preparados que no tienen trabajo ni esperanza de tenerlo a corto plazo, se ha roto la ilusión de muchos españoles. Sin embargo, hoy quiero señalarles que la crisis también trae consigo algunas oportunidades de mejora que pueden ser los cimientos para un futuro más próspero. Hoy, a bote pronto, les voy a consignar algunas de ellas:

- Ha mejorado la cultura económico-política de los ciudadanos, pues hoy en día todo el mundo sabe y habla de lo que es la prima de riesgo, el déficit público, la deuda del Estado, el PIB, el Presupuesto, etcétera.

- Nos ha obligado a aprender a valorar el puesto de trabajo (el que lo tiene), mentalizándonos para hacerlo mejor y sintiendo la competencia personal al darnos cuenta de que no es para toda la vida, sino que hay que ganárselo diariamente.

- Con la recesión actual, los políticos que no lo han hecho bien y han malversado o han puesto el cazo, aprenderán que los fondos públicos son de todos y serán perseguidos, encausados, juzgados y encarcelados, sentando precedente para los que vengan. Espero que sea así con la «ley de transparencia» (España era el único país de Europa que no la tenía), que será una herramienta básica contra la corrupción. Su aprobación permitirá que los ciudadanos tengamos derecho a acceder a los datos que manejan los gobiernos central, autonómico y municipal en el uso del dinero público.

- También con la crisis nos hemos dado cuenta de que las comunidades autónomas no son, como nos habían prometido, la panacea y motor de desarrollo de las regiones, sino que se han convertido en la poltrona de políticos de segunda. Tal como funcionan actualmente, no son viables y nos hemos enterado de que tienen en nómina 1.330.000 empleados públicos de los cuales 290.000 son cargos de «confianza» y personal interino cuyo coste anual asciende a 12.300 millones de euros. ¡Fíjense si hay margen para meter la tijera! Tampoco tiene viabilidad la existencia de 8.200 municipios (sobran la mitad).

- Siguiendo con las comunidades autónomas, debido a esta crisis sabemos que sus embajadas en el exterior (en los países donde ya hay una del Estado español) tienen un coste de 500 millones de euros sin ninguna función ni competencia.

- También hemos podido informarnos de que hay 40.000 coches oficiales, que cada uno cuesta 48.000 euros en gasolina, mantenimiento, chófer, etcétera. Total, 2.000 millones del ala.

-Gracias a esta depresión desaparecerán los politicastros negligentes que estaban escondidos como gestores de cajas de ahorros, designados a dedo y enchufados por las autonomías, con una impericia y corruptelas de gestión de tal nivel que, junto con la mansedumbre del gobernador del Banco de España, dieron lugar a la quiebra de varias entidades con una avería para las arcas públicas de más de 25.000 millones de euros.

-Tengo la esperanza de que, después de este oscuro período, hayamos aprendido que no se puede elegir como presidente del Gobierno a un iluminado pletórico de ocurrencias como Zapatero y sus boys, entre los cuales está su vicepresidente que, sorprendentemente, todavía es líder de la oposición queriendo dar lecciones de buen gobierno.

- También tenemos información (a pesar de su ocultismo) de que los sindicatos, en el período de gobierno anterior, mientras se incrementaba de una forma desorbitada el paro, mantuvieron un silencio cómplice, porque disfrutaban de subvenciones de 200 millones, con cargo a nuestros impuestos, permitiéndoles mantener a más de 10.000 liberados que no dan golpe.

- Esta desgraciada situación económica también nos ha dado a conocer que las diputaciones provinciales no sirven para nada y que tienen un coste para el país de más de 3.000 millones de euros para proporcionar una canonjía dorada a políticos caciquiles. Si las suprimen, no las echaremos de menos.

- También hemos sabido que somos el segundo país del mundo en consumo de medicamentos por habitante, con 900 millones de recetas prescritas al año. ¡Fíjense si hay que instaurar el copago sanitario con urgencia!... y, queridos lectores, no continúo enumerando más aspectos positivos que se derivan de esta aborrecible crisis porque estoy seguro de que cada uno de ustedes encontrará alguno más.