Javier Fernández no ha hecho otra cosa que seguir el adagio latino festina lente, apresúrate lentamente, y eso le ha valido las críticas del adversario. En la guerra y en la política, no convienen ni la precipitación ni la temeridad, pero sí es importante tomar la iniciativa para ganarse la confianza de los electores. En cualquier caso, para recobrar la de los asturianos.

La ventaja de la izquierda en este coito poselectoral de Asturias es que ya tiene los pactos hechos de antemano y desde ahí puede enviar nítidamente el mensaje de la estabilidad democrática que tanto necesita la región. Con la derecha, no son seguros los acuerdos ni mucho menos la normalidad institucional, porque con ella nadie sería capaz en estos momentos de predecir lo que podría ocurrir en los próximos meses. Quienes piensen que la convivencia puede ser pacífica con la presencia de Cascos es que no ha aprendido la lección de finales de los años noventa o no conoce las ambiciones del personaje. Quienes, por otro lado, estén dispuestos a creer que esta vez será diferente es que no ha seguido atentamente la evolución de los hechos desde que fundó Foro.

De acuerdo en que el Partido Popular lo tiene difícil entre defraudar las expectativas del electorado que le arrebató Cascos y elegir su supervivencia al margen del político que por resentimiento o estrategia pretende destruirlo. Pero lo peor que le puede ocurrir es dejarse laminar sin ofrecer resistencia. Muchos de los votos que ha recibido el PP en esta segunda tentativa provienen precisamente de un electorado que se resiste a ser casquista. Y, por si esto no fuera suficiente para saber dónde está el problema o el enemigo, los populares, como publicaba ayer este periódico, han retrocedido en todos los concejos en los que dieron apoyo a los casquistas. Mientras que donde no se produjo el acercamiento, el partido creció.

Rajoy sabe quién es Cascos y lo que se juegan sus siglas en Asturias. Pero, independientemente de las siglas, lo que a esta región le conviene para empezar a resolver sus problemas es un clima adecuado de convivencia política.