Chicago es mi ciudad favorita en los Estados Unidos. Es una ciudad que lo tiene todo, un lugar en donde todos los gustos tienen cabida. Es cosmopolita, cultural, intelectual, moderna, étnica, universitaria, gastronómica, musical. La visité varias veces, algunas de ellas acompañando a estudiantes en intercambios y reconozco que la primera vez sólo tenía una lejana noción de lo que iba a encontrar, y que incluía a Al Capone y sus gángsteres. Me enamoré a primera vista y nunca me ha decepcionado.

Reúne algunos de los museos más interesantes del mundo. El Art Institute of Chicago es impresionante, alberga una de las colecciones de pintura impresionista más importante del mundo. En su fachada se encuentran los leones de Kerney y su propósito cuando se fundó fue hacer el arte accesible y familiar para todo el mundo. Reconozco que acompañé a mis alumnos a visitarlo varias veces y que tuvimos la suerte de tener una guía enamorada del museo, que es algo primordial en una guía porque te lo enseña con el corazón y te transmite su entusiasmo. Lo primero que hicimos fue coger unas banquetas plegables y reunirnos alrededor de ella en torno a las pinturas que consideró más interesantes, consiguió que no sólo las admiráramos sino que las entendiéramos, que nos metiéramos dentro del cuadro y la mente del pintor. Otro museo fascinante es el de la historia de Chicago, el Chicago Historical Society, vimos un vídeo del Gran fuego de Chicago de 1871 que asustaba, y sales de allí con una idea muy clara de lo que fue y es Chicago.

En el Museum of Science and Industry te puedes perder una semana, con su mina y su trenecito, un submarino de la II Guerra Mundial que te da claustrofobia, simuladores de vuelo, castillo de las hadas, etcétera; el Field Museum of Natural History, que hemos visto en muchas películas. El Adler Planetarium.

Las magníficas casas de Frank Lloyd Wright que resultan modernas incluso hoy, teniendo en cuenta que murió en 1911. La Universidad de Chicago y la Northwestern, un sueño para estudiar. Las numerosas esculturas de los mejores artistas que te encuentras en cualquier esquina: hay una de Picasso, un flamingo de Calder, una de Miró.

Numerosas actividades para hacer con niños: el zoo, museos, bibliotecas, tiendas, etcétera. Visitar la Sears Tower o la Hancock o las dos para sentirte más cerca del cielo allá arriba. Estupendos conciertos, óperas, teatros, comedias musicales, jazz en Andy's o Deja Vu. Para comer encontrarás todas las especialidades del mundo, no perderse Pizzeria Uno, los inventores de la masa gruesa de la pizza en 1943 y en donde dicen que comía Al Capone. No importa, no se atraganta la pizza.

Paseo en barco por el río Chicago para visitar los magníficos rascacielos construidos por los mejores arquitectos del mundo que encontraron en la ciudad el lugar ideal para experimentar y crear. Los habitantes de Chicago siempre consideraron que sin ellos las otras ciudades no habrían tenido edificios de más de cinco pisos.

Chicago es el paraíso de las compras. Tiene algo para todos los bolsillos. North Michigan Avenue, también llamada la Magnificent Mile, está llena de hoteles de lujo y tiendas caras, pero incluso allí te encuentras con sorpresas y tiendas de precios asequibles. Recuerdo una vez, pasando delante de H&M vimos unas colas de chicas jóvenes, era una rebaja de ropa de Stella McCartney a precios irrisorios. También te encuentras al lado de Marshall&Field, uno de los almacenes de lujo más antiguos, un outlet con precios baratísimos.

Volveré en cuanto pueda. ¿Venís conmigo?