Hoy, para cambiar, a este escrito voy a intentar darle un contenido de divulgación para que nos enteremos de algunas barbaridades que forman parte de nuestra existencia ciudadana. ¿Sabían ustedes que para crear una empresa en España la legislación y la «burrocracia» obligan a un emprendedor a esperar seis meses para colgar el cartel de abierto? Así que no les extrañe que nuestro país ocupe, en la estadística de las facilidades para hacer negocios (según el informe «Doing business» del Banco Mundial) el vergonzante puesto 133 de un total de 183 en la lista. Seguro que tampoco son ustedes conscientes de que las comunidades autónomas tienen en nómina 1.300.000 empleados públicos, de los que 290.000 son cargos de confianza o personal interino cuyo coste asciende a 12.500 millones de euros al año. Al parecer, en los últimos años muchos dirigentes políticos se han dedicado a colocar a sus correligionarios y parientes, convirtiendo el país en un enorme enchufe público. Aquí en Asturias, de cada cien trabajadores, 13,3 lo hacen para la autonomía, pero como la media en toda España es de diez, tenemos un sobrecoste funcionarial de 300 millones de euros al año por los 9.900 trabajadores públicos excedentes. A que tampoco sabían que en España hay 8.105 alcaldes, 68.286 concejales y 1.421 «diputados provinciales». El número de ediles por habitante es el mayor de Europa y las diputaciones no desarrollan ninguna función útil, por lo que su supresión nos ahorraría 2.900 millones de euros al año. Si se eliminara la duplicidad o triplicidad de funciones entre las administraciones del Estado, autonómicas y municipales, el ahorro anual sería de más de 3.000 millones de euros. Aprovecho para contarles que en España hay quince funcionarios por cada cien habitantes, en USA dos, lo que, en parte, justifica que aunque el salario medio es superior al nuestro en un 52%, la gasolina cuesta un 74% menos, los coches un 43% y el IRPF es inferior al español en 18 puntos. También ignoran ustedes, queridos lectores, que la economía sumergida (dinero negro) alcanza al año en España 240.000 millones de euros, un 23% de la economía nacional, lo que significa el doble de la deuda externa que les vence este año a los bancos españoles. Si este importe aflorara en un año para la economía productiva se podrían crear dos millones de puestos de trabajo. No se les ocurra tratar de descifrar el recibo de la luz porque no se aclararían, ya que está confeccionado para engañar, pero para que se enteren, de cada 100 euros que pagamos, solamente 46 corresponden a la producción, transporte y distribución de la energía. El resto del dinero de la factura (54) son impuestos, ayudas al carbón, moratoria nuclear, subvenciones a las energías renovables... etcétera. Como dice Pepín Pola: ¡si no quieres centrales nucleares, paga la energía más cara de Europa! A pesar de la nueva ley de transparencia, estoy seguro de que continuará el misterio del número de liberados sindicales, aunque, según las últimas estimaciones, alcanza los 55.000. Solamente el 10% de sus gastos provienen de las cuotas de los afiliados... ¿y el resto?... pues eso, ya saben ustedes de dónde; cobran hasta de los ERE en los que intervienen. ¿A que no se imaginaban que la tasa de paro en Irlanda es del 14 y en Portugal del 12% (países rescatados e intervenidos económicamente por las autoridades europeas), mientras que en España el paro llega al 24,5%? ¿Por qué el Gobierno no afronta de una vez la conclusión de la reforma financiera y anda mareando la perdiz sin meterle mano al asunto Bankia, que está contaminando la solvencia y la imagen de todo el sector bancario? Mientras no solucionen esta situación, el crédito no fluirá a las pymes y familias. Tampoco se sorprenderán si les digo que, durante el Gobierno de Zapatero y de su vicepresidente «manostrileras», los españoles hemos visto mermado de media nuestro patrimonio en un 25%. Por hoy no continuo para no cansarles con tanta cifra, aunque les advierto de que me queda material para cuatro artículos más, así que otro día volveré sobre el tema y también a hablarles de los incapaces politicastros asturianos.