Sean cinco mil o sean siete mil, da lo mismo. Las cifras de los aspirantes a ochenta plazas de empleo municipal, con contrato de un año, demuestran la masiva angustia de quienes quieren trabajar, que somos casi todos digan lo que digan las leyendas urbanas, y no pueden. Esta célebre ciudad que se llama Gijón alberga veintisiete mil parados de los que, decimal arriba o abajo, la cuarta parte aspira a colocarse un año en las filas municipales. Las cifras marean y nos vuelven a poner delante de los ojos que la situación económica y social se acerca a la insostenibilidad. Los responsables municipales tienen ahora la dura tarea de elegir a ochenta aspirantes de la inacabable lista que puede ser considerada como el mejor resumen de la situación.