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Profesor de Hacienda Pública de la Universidad

A propósito de la política tributaria asturiana

La rebaja del impuesto sobre la renta

Tras varios años de subidas tributarias en Asturias, tanto elevando los impuestos existentes como con la creación de nuevas figuras, por fin llegan buenas noticias, en el contexto de un pacto para que la región tenga un nuevo presupuesto para 2015 y evitar así otra prórroga presupuestaria nada deseable. Tampoco debemos olvidar los procesos electorales que se avecinan, escenarios siempre altamente probables de rebajas fiscales. No obstante, esta positiva medida se ciñe al IRPF, olvidando otras cargas. A continuación se revisan las principales características de los tributos en Asturias en este año, para después comentar las novedades más destacadas para el nuevo ejercicio y señalar cuestiones pendientes. Para no extender la cuestión, nos centraremos en algunos tributos "cedidos" por ser los más importantes desde el punto de vista recaudatorio y donde la región puede introducir modificaciones: IRPF, Sucesiones y Donaciones (ISD), Patrimonio (IP), Transmisiones Patrimoniales (ITP), Hidrocarburos.

Panorama 2014. Dado que las normativas tributarias son complejas, nos centraremos en los aspectos más visibles y con mayor trascendencia. Como se puede observar en la tabla nuestra región ha ejercido su capacidad normativa al alza en todos los impuestos. Evidentemente esta política debe ser analizada en un contexto amplio de las finanzas públicas regionales y en comparación con otras comunidades. Dado que el objetivo de estas líneas es otro, para ello se pueden consultar los informes anuales del REAF (Registro de Economistas Asesores Fiscales).

Cambios para 2015. La única -aunque importante- novedad para 2015 será en el IRPF, especialmente con una reducción de los tipos en el tramo autonómico que, unida a la bajada aprobada por el Gobierno central, devolverá el impuesto en Asturias a unas cotas mucho más razonables que en estos últimos años. Concretamente en nuestra región se gravarán al 10% los primeros 12.450 euros de base liquidable. A estos tipos autonómicos hay que añadir por supuesto el gravamen estatal. Asimismo se añaden dos deducciones autonómicas: 15% de los gastos en centros de 0 a 3 años, y por libros y material escolar, con límites y requisitos de renta. En mi opinión, acertadas aunque limitadas.

Pero? No podemos obviar que aún quedan muchas cosas por hacer para mejorar el sistema tributario de nuestra región, para lo que se requeriría un análisis detenido y exhaustivo de lo que tenemos, pero mientras tanto ahí van algunas pinceladas:

Renta. Se ha olvidado de nuevo el mínimo personal y familiar, tan importante en el impuesto. Las regiones pueden modificar, al alza o la baja, hasta en un 10% las cantidades aprobadas por el Estado. Pues bien Asturias, un año más, no aprovecha este punto para dotar de mayor equidad al impuesto, reducir con mayor énfasis el gravamen de rentas bajas y medias e implantar un impuesto más condicionado por el entorno familiar, en ausencia de una verdadera política de gasto en este sentido en nuestro país.

Transmisiones Patrimoniales. Este impuesto no se toca, lo que supone un año más de gravamen injustificado sobre la vivienda usada, con tipos que oscilan entre el 8 y el 10% según el importe de la transmisión. Así este gravamen acumulativo seguirá aportando su presencia en los precios de la vivienda, imposibilitando una corrección verdadera de tales precios vía reducción de la carga fiscal que soportan. Asimismo se mantiene el dudoso sistema de valoración de los inmuebles -aplicado también en sucesiones y donaciones- basado en unos coeficientes municipales elaborados a nivel regional que nunca se han adaptado a la realidad del mercado inmobiliario.

Sucesiones y Donaciones. De nuevo en esta figura se requiere una disminución de la carga fiscal para, a mi entender, diseñar un impuesto a las herencias/donaciones más testimonial, evitando grandes facturas sea cual sea el caso gravado. Los inconvenientes de este impuesto son bien conocidos y parte de su recaudación podría ser obtenida a través de cambios en otros impuestos, por ejemplo en un impuesto sobre patrimonio rediseñado.

En suma, las medidas anunciadas para 2015 en materia tributaria en Asturias suponen un paso adelante, pero claramente insuficiente a estas alturas de la crisis y ante el esfuerzo fiscal que llevamos soportando los ciudadanos en estos últimos años, siendo recomendable buscar vías alternativas para el equilibrio presupuestario y la sostenibilidad de las arcas regionales.

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