Nuestro sistema inmune está compuesto por cerca de 100 trillones de "guardianes" conocidos como anticuerpos. Su misión es distinguir lo propio de lo ajeno, es decir, identificar la presencia de agentes extraños o invasores - como pueden ser virus u otros agentes patógenos - y eliminarlos. Pero las células cancerígenas consiguen frecuentemente burlar el control del sistema inmune. Y es que una célula cancerígena no es más que una célula del propio cuerpo, que un buen día se volvió "desobediente" y comenzó a dividirse de forma descontrolada.
La inmunoterapia busca "reeducar" a nuestro sistema inmune para que identifique y catalogue las células cancerígenas como "agentes extraños" y las ataque sin piedad. Representa un esperanzador cambio de estrategia. ¡No se ataca directamente al cáncer, sino que se estimula al ejército inmunitario para que luche con toda su artillería!
