Bárcenas bombardeó, con relativo éxito, la convención del PP de este fin de semana, pero hemos de suponer que Gijón también resonó en los tímpanos de muchos de los congregados, pues las noticias vuelan, o los interesados las hacen volar, de modo que no pocas serían las miradas inquisitivas o compasivas que se dirigieron a la delegación asturiana en dicho festejo de los populares. Algo tuvo que pasar, pues el expresidente del PP de Gijón, David González Medina -efímero a causa de la sentencia que anuló el último congreso local-, acaba de comunicar que no será candidato (oficial) al nuevo congreso, que acaecerá dentro de once días. Pese a tratarse de una formación en la que los problemas y las soluciones siempre se alargan -será por esa parsimonia política de Mariano Rajoy, que cae en suave cascada-, en el PP gijonés se han acelerado los tiempos de un modo estrepitoso. Conjeturamos que la fecha del 24 de mayo -elecciones autonómicas y municipales-, les arderá en las manos a los mandatarios populares asturianos, muy animados desde que el augur Arriola les enseñó intestinos de aves -como hacían en la antigua Roma y hoy denominan sondeos-, que les predicen 12 o 15 diputados regionales. Es mucha tentación y el efímero Medina se aparta, aunque con la perspectiva de que los partidos siempre premian a los obedientes. Como recambio de González Medina ha surgido el abogado Mariano Marín Albi, del que poco sabemos, salvo que es el cuarto Mariano Marín en la historia local y sus tres antepasados han fabricado muchas de las mejores arquitecturas de Gijón. También se ha apartado del inminente congreso el candidato de la disidencia en la cita anterior y anulada, Ignacio Riestra. Y como lo no oficial siempre tiene un reconocible encanto, esperamos alguna noticia de esa parte del partido, aunque tal vez no se vean con muchas posibilidades.
