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Javier Cuervo

Un millón

Javier Cuervo

Un bicho de mercado

Por la crisis, más personas han encontrado trabajo en el despiojamiento. Equivale al "crisis igual a oportunidad" de los banqueros, pero a otro nivel. El piojo es un bicho con nicho de mercado. Quizá el mercado dé carta de naturaleza a este parásito a quien nadie quiere reconocer y que vive por los pelos. La pediculosis se expande gracias al oscurantismo. La leyenda urbana dice que los introducen en los colegios los laboratorios que venden champús. ¿De dónde vienen los piojos? Nacen en liendres, que suena a pueblo de Cantabria pero es el nombre que se da a sus huevos. ¿Qué fue primero, la liendre o el piojo?

Con los piojos damos a nuestros hijos las primeras lecciones prácticas de la importancia social de la mentira y la ocultación. Hablo como madre porque ya han prescrito las pediculosis que me tocó vivir. No, la mía tampoco tuvo piojos, señora. Los piojos, que los niños se pasan de unos cabellos a otros, les pasan a los niños de los demás.

Da igual cuanto digas acerca de cómo lo peor anida en lo mejor -que depende del pH del cuero cabelludo, que prefieren los cabellos más limpios-, el silencio parental es un transmisor de la plaga muy superior al contacto de las cabezas infantiles. Cuando canta el primer padre de alumno, la pediculosis es una pandemia escolar. En tiempos pasados y drásticos se pelaba a los críos y, si se quejaban, se les incitaba a no molestar -"hala, a correr"- y se iban los hijos con su cabeza de huérfanos a romperse las botas de tanto usarlas. Ahora cortar la melena es una forma de ablación que atenta contra la libre expresión capilar del niño y la niña. Los piojos siguen siendo un problema en el que se actúa sin transparencia, que se extiende indiscriminadamente por todas las clases, también las sociales, de todas las aulas y que sólo sirve para que si alguien denuncia piojos en tu cabeza le puedes contestar "y tú más". Hay muchas lecciones en eso pero paro ya porque me pica todo.

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