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Sol y sombra

Eufemismo por tabú

La última incorporación se llama "iniciado"

Aunque los eufemismos son moneda corriente, no creo que exista un idioma, como el español, que aguante tanta carga de expresiones políticamente aceptables para sustituir a otras que se consideran tabú por su crudeza. Digo supuestamente, porque lo aceptable no deja de ser una categoría dentro de lo subjetivo.

De modo que al eufemismo más tradicional de invidente por ciego, persona de color por negro y orinar por mear, han seguido en los últimos años otros lo suficientemente pintorescos como son empleada de finca urbana por portera, o segmento de ocio por recreo escolar. Sin olvidarnos de la riqueza eufemística incorporada por la jerga política. Recuerden, el tique moderador y la externalización; la tolerancia cero para no tener que hablar de algo tan odioso como es la intolerancia a secas; la famosa indemnización en diferido de Génova, 13; la novedad tributaria para evitar referirse a los impuestos; los ajustes por los recortes: el deterioro del contexto económico que popularizó Zapatero para no tener que mencionar la palabra crisis; el crecimiento negativo, un absurdo en su totalidad; o la famosa movilidad exterior que nos remite simplemente a la emigración de toda la vida.

Bueno, pues lo último en terminología guai, como ya saben, son los "iniciados" para referirse a los suspensos o cates en la educación, que tanto revuelo están causando. O los aprobados, que han dejado de considerarse así para concluir que el alumno que los obtiene se encuentra "en desarrollo". Aquel que, a su vez, obtiene un notable tendrá que conformarse con un "adquirido". Y el que esté dispuesto a sorprender con un sobresaliente, lo suyo es un "adquirido ampliamente", que también podría ser un "ampliamente adquirido".

Como es natural ya no existe el cero patatero, ni siquiera para aplicarlo a estos genios de la suplantación eufemística.

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