Tal vez en su desesperación, José María Pérez López, Josechu, nacido el uno de Enero de 1972, exconcejal, exdiputado regional y candidato del PSOE a la alcaldía de Gijón, ha esculpido una frase que inscribimos de inmediato en la historia contemporánea de la Villa de Jovellanos; una frase potente, dura, tensa, historicista, sociológica, geográfica, geopolítica, genealógica y etiológica, a saber, que "Podemos debe elegir entre el hijo de una limpiadora y un obrero o una señora de Somió". Él es ese hijo y la señora es Carmen Moriyón, e insistimos en que, tal vez por su desesperación, Josechu ha decidido invocar a los dioses más de lo debido. No entraremos demasiado a fondo en ese dicterio, pero sí intentaremos ponerle contexto. ¿No es vecino de Somió, y de una urbanización, el secretario general del PSOE en Asturias, Javier Fernández? ¿Qué hay de malo en ello, o de incompatible con la política?
Ítem más. La procedencia social de candidatos socialistas a la alcaldía de Gijón ha sido hasta el presente muy diversa: un austero empleado de banca, un excomunista, una señora de sonoro apellido o un profesor universitario. Todos ellos, en mayor o menor medida, habían rodado por el mundo, o poseían facultades de diversa índole, apoyadas en el rigor , o en habilidades pragmáticas, o en sentido común, o en una buena cabeza.
Y otrosí decimos. El PSOE es un partido de gobierno, lo cual significa que tiene experiencia, y que le das un ayuntamiento, una comunidad o una nación y con mayor o menor acierto monta un gobierno y empieza a tomar decisiones. Por eso mismo, otros cuatro años en al oposición son medicina muy dura para una formación con aspiraciones realistas. La pregunta que el PSOE debe hacerse -al margen de analizar a los enemigos, presuntos y reales-, es qué factor concreto y qué polo de atracción de malas memorias le han conducido hasta este punto.