Los buenos propósitos anunciados en las horas siguientes a conocerse los resultados electorales de Gijón han entrado, como cabía suponer, en los terrenos del olvido. Las llamadas al diálogo y a la negociación se han atendido en el plan social que, por fortuna, ha sido consensuado entre las seis fuerzas políticas con representación en la Corporación municipal gijonesa.
Pero las nubes negras han oscurecido las ansias de diálogo, negociación y acuerdo. Los partidos se han lanzado con indisimulada ansia a las yugulares de sus contrarios a cuenta de tú eres más culpable que yo y yo menos que tú. El incidente de la doble nube negra es lo suficientemente grave para que se depuren responsabilidades, que las hay, y muy serias, pero hay partidos que, como se dicen en los toros, mejor se tapaban. Las flechas señalan con claridad a tres: Foro, que gobierna la ciudad desde hace más de cuatro años; el PSOE, que la gobernó durante más de treinta y que lleva al frente del Principado también décadas, y el propio PP, sin responsabilidades locales pero con muchas estatales. Por eso los responsables de estas tres fuerzas harían bien en esconderse detrás del burladero político y dedicarse en cuerpo y alma a que no se vuelvan a repetir los incidentes reseñados.
Quedan casi cuatro años de mandato municipal, demasiado tiempo como para que los responsables municipales, cada uno en sus papeles, los pasen dándose mandobles sin pararse a resolver las cuestiones fundamentales para los ciudadanos de Gijón.
A propósito de las nubes negras, habrá que preguntarse qué esperan los grupos políticos para sentarse en una mesa y consensuar las medidas a tomar para un mayor control de los graneles sólidos almacenados en El Musel. Sería un buen primer paso para resolver un problema de estado. Porque hacer política a costa de las cuestiones medioambientales no parece lo mejor para la ciudad.
