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La caja

La felicidad de los niños

Una encuesta elaborada por un organismo internacional de toda solvencia desvela que los niños españoles son los terceros más felices del mundo. Ser terceros en algo mundial es un sueño que pocas veces se hace realidad. Si España fuera la tercera, por ejemplo, en calidad de vida, todos estaríamos en una especie de séptimo cielo. Algún partido de los llamados emergentes dijo no hace mucho que dos tercios de los niños son pobres. Pobres, pero felices. O quizá a los niños españoles de hoy les pasa lo mismo que a Groucho Marx, quien sentenció con una de esas frases únicas: "Aunque no lo sabíamos, éramos muy felices". Los niños gijoneses tienen que ser felices por obligación; sólo por los abuelos y abuelas que disfrutan tienen asegurada la felicidad. La encuesta referida desvela una realidad que se ve en la calle y que aleja los fantasmas de la desgracia y la tristeza. Encontramos cíngaros felices. Y niños españoles.

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