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Joaquín Rábago

¿Ganar tiempo en Grecia?

Las razones de la dimisión de Tsipras y de la convocatoria de nuevas elecciones

La decisión final del líder de Syriza de doblar el espinazo ante la "troika", ha regocijado a las derechas europeas, temerosas de que en el país balcánico se sentara un peligroso precedente, mientras provocaba fuerte desazón y desánimo en buena parte de la izquierda, que esperaba del Gobierno de Alexis Tsipras mayor consecuencia y coraje. Habría, sin embargo, que ponerse en el pellejo de ese joven político para discernir si esa decisión, junto a la anunciada posteriormente de dimitir y convocar nuevas elecciones para que vuelva a hablar el pueblo, es una traición a lo prometido a sus votantes o, por el contrario, una maniobra táctica para evitarle a éste menores males.

El filósofo esloveno Slavoj Zizek ha creído oportuno comparar esa decisión con el de Brest-Litovsk de 1918 entre la Rusia soviética y Alemania, que significó la claudicación por parte de los bolcheviques a las exigencias germanas, pero les dio a ésos un respiro y les permitió coger fuerzas para más adelante.

La alternativa en cualquier caso era la salida de Grecia, provisional o definitiva, del euro. Es posible que Tsipras pensase finalmente que sería con todo más fácil depurar al Estado de esos elementos indeseados estando dentro y no fuera del euro, sobre todo si la salida de la moneda común resultase especialmente traumática tanto por la evidente falta de preparación del Ejecutivo como por los obstáculos que pudiesen poner otros.

Esa sería la interpretación más piadosa de lo anunciado por Tsipras, sobre todo sumada a la idea de que, si no ha conseguido la quita que reclamaba, el líder de Syriza ha obtenido de la "troika" al menos la posibilidad de negociar mejores condiciones como el alargamiento de los plazos de devolución de una deuda impagable.

En la decisión de Tsipras habrá también influido el hecho de que, pese a rechazar las inflexibles políticas de austeridad dictadas por Berlín, una mayoría de los griegos confiaban en poder continuar dentro del euro, por lo que una salida precipitada habría sido de lo más traumático para todos.

Al margen de esas interpretaciones benévolas, habrá que ver si la renuncia a las exigencias de la plataforma de izquierdas no va a suponer la total capitulación de Grecia como cree el ex ministro de Finanzas Yanis Varoufakis.

Éste ha denunciado la creación por parte de la "troika" de nuevos órganos que van a controlar procesos tan importantes desde el punto de vista de la soberanía de un país como el de las privatizaciones y que, en su opinión, no van a impedir siquiera que los oligarcas griegos sigan campando por sus respetos.

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