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Cronista oficial de Cudillero

Cudillero: antología del disparate

Los errores de los guías turísticos

(A quienes, mal ejerciendo de guías turísticos, disparatan, distorsionando la historia y confundiendo al visitante)

La de guía turístico es una labor digna del mayor de los respetos. Necesaria para que quien visite un pueblo, una ciudad, un museo?, tenga una idea concreta de lo que ve y de lo que pisa. Partiendo de esa indudable afirmación, sucede que, por desgracia -estoy seguro que de forma minoritaria-, hay quienes se exceden en sus explicaciones en detrimento de la realidad, con las lógicas consecuencias negativas que conlleva.

Ello me obliga a denunciar públicamente la sarta de disparates que se dicen en Cudillero, relacionados con su historia, costumbres y tradiciones; unas, las escuché personalmente en la televisión y otras me las comentan, medio dudando acerca de la realidad, medio asombrados.

Uno, dentro de sus posibilidades, bien por investigaciones o preguntando a quienes más saben al respecto, trata de responder adecuadamente a cualquier duda que surja, lamentando tener que desmentir lo que se dice a la ligera por quienes deberían poner el máximo celo, sobre todo si tenemos en cuenta que se trata de profesionales. Es decir, que viven del turismo.

Como muestra de las delirantes informaciones, a continuación pongo unos ejemplos con las correspondientes aclaraciones.

Curadillo. "Plato habitual de los vaqueiros de alzada. También lo comían las familias "pixuetas" pudientes. Cuantos más curadillos estaban colgados en las ventanas de las casas, mayor era el estatus social de la familia".

Respuesta (R.). El "curadillo" lo consumían los "pixuetos" en las "envernadas". Es decir, en la temporada de invierno que no se salía a la mar y también durante la Semana Santa. El hecho de que hubiese más en una ventana que en otra, significaba, simplemente, que unas embarcaciones pescaban más escualos que otras y los tripulantes se los repartían. El curadillo era fundamental en Cudillero. De ahí el cantar que dice: Muciquinas aldianas / si queréis mozu pixuatu, / tenéis que saber guisar / curadillu pa´l iviarnu. En definitiva, el curadillo era el plato obligado de las familias "pixuetas". En cuanto a que era plato habitual entre los vaqueiros, primera noticia. Es más, lo pongo pero que muy un en duda.

Podría hablar más ampliamente del curadillo, de las propiedades medicinales de su aceite, de que a Cudillero se le conocía por la Villa del saín y de no sé cuántas cosas más, pero no es el caso.

Caízos. "Son los señoritos del pueblo".

R. ¡Válgame Dios! Vamos a ver si lo explico brevemente. La villa de Cudillero estaba dividida en dos barrios, el pixueto y el caízo. En el primero, abajo, vivían los pescadores y el segundo, La Cai, los que se dedicaban a actividades terrestres, artesanales. Es decir, eran tan trabajadores los unos como los otros y señoritos los habría en ambos lugares. Aunque los "señoritos" eran quienes venían a Cudillero de veraneo y se les denominaba virusus.

Túnel de acceso al puerto. "Se abrió para facilitar el transporte del pescado a las fábricas".

R. Nada más lejos de la realidad. El túnel, que parte de La Cai, a la altura de las denominadas "Casas de colores", desemboca en lo que era la playa de Cudillero, hoy puerto nuevo. Es decir, ahí no atracaban las embarcaciones. Es más, cuando se construyó, no había muelle del oeste y la Lonja para la venta de pescados estaba donde siempre estuvo hasta hace unos años, en la plaza del Comercio. ¡Menuda tarea la de primero vender y luego recorrer el puerto, llegar a la playa y acceder a una fábrica por un paso súper estrecho, en fila india!

La causa de la ejecución del referido acceso fue la de evitar las riadas al pueblo cuando había "llenas". Hay que tener en cuenta que en aquel entonces el río discurría por la calle principal. Como dato complementario, diré que en 1882, la Junta Consultiva de Puertos dictaminó favorablemente el proyecto de construcción del túnel de 316 metros de longitud, con un presupuesto de ejecución material de 155.352 pesetas.

Plaza de la Cuchillería. "Llamada así porque era donde se ajusticiaba a los reos".

R. Estupefacto me quedo. Mejor no decir nada, salvo que en Cudillero hubo calles de Sagunto y de Numancia, pero plaza de la Cuchillería, jamás de los jamases.

Capilla del Humilladero. "Se restauró para celebrar la victoria de Cudillero en el programa televisivo Gran prix".

R. ¡Válgami la Soberana! La capilla del Humilladero, el edificio más antiguo de la villa, se restauró por iniciativa de la Asociación Amigos de Cudillero, en colaboración con la Consejería de Cultura, Fundación "Selgas-Fagalde", Cajastur, Parroquia y Ayuntamiento de Cudillero (Escuela-Taller) y Leader "Ese-Entrecabos". Tras casi tres años de trabajos, se inauguró la rehabilitación el 23 de junio de 2000, con todo su esplendor ancestral y sus formas originales.

El Palación. "Antes estaba ubicado en El Baluartín".

R. El Palación o Castiallu, antaño residencia de los Omaña y hoy Casa Consistorial, está ubicado donde siempre estuvo: En El Baluarte, llamado así porque era donde se emplazaban los cañones para la defensa del pueblo de posibles ataques por mar. A continuación se encuentra El Baluartín, con idéntico fin que su "hermano mayor".

En base a los anteriores exabruptos, viene a mi memoria una décima compuesta por el sacerdote e hijo ilustre de Cudillero, Bonifacio Fernández-Ahúja (1870-1951), que dice así:

"Al ver cómo van quitando / por afán de innovaciones / los usos y tradiciones / de este pueblo venerando, / sufro en silencio pensando / que en estas tristes mudanzas / sólo perduran las panzas, / pues al fin sucederá / que sólo perdurará / de lo antiguo, las pitanzas".

Bueno, pues como sigamos por el derrotero actual, ni pitanzas. Por lo tanto, con el mayor de los respetos, solicito máxima seriedad, rigor absoluto, a la hora de informar con relación a Cudillero y su historia.

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