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La esquina

Poderoso Estado

Un fin de semana lleno de sustos para Artur Mas

Cuentan los más enterados en los aspectos más internos de la estructura del Estado que los catalanes más sensatos, políticos y empresarios, no se esconden para confesar que son conscientes de que el Estado español va a taponar cualquier vía de avance hacia la independencia. Que una cosa son las declaraciones públicas y las frases en los mítines y otra muy distinta, la realidad de una sociedad enraizada, necesitada de leyes y de actuaciones encaminadas al funcionamiento diario de las instituciones.

Ese convencimiento parece confirmarse en el último fin de semana. La entrada de la Guardia Civil en la sede de Convergencia, el partido de Artur Mas y de Jordi Pujol, y en la sede de la fundación que arropa desde fuera al partido, ha sido un aldabonazo que ha dejado apenas sin voz a Mas y a los suyos.

El artículo de ayer de Felipe González en el que avisa a los catalanes de los reales riesgos de una independencia imposible ha caído como una bomba de racimo en el mundo político. El expresidente no puede ser replicado con la baratija que usan contra Rajoy y los suyos de que son diablos procedentes del fascismo y guiados por el malvado Aznar. Cuando Felipe González dicta sentencia mucha gente en todo el país, y en Cataluña también, se pone en posición de firmes para asentir. González, además, tiene la ventaja de que pactó muchas cosas con Jordi Pujol cuando ambos mandaban mucho, tanto que llegaron a parecer eternos.

El mes que queda hasta las elecciones catalanes va a estar sembrado de sorpresas desagradables para los líderes de la independencia imposible, pero a ellos les dará lo mismo. No quieren enterarse de que enfrente está un poderoso Estado que, aunque parezca flaquear en algún momento, viene de muy atrás, de hace siglos y ha superado pruebas mucho más duras que ésta o aquella manifestación, ésta o aquella bandera.

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