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Cien líneas

Valentía

El teorema de septiembre, referido al Real Oviedo, claro, es tan sencillo como incontestable. Puede formularse así.

1) En la pasada temporada el Oviedín quedó el primero de los cuatro grupos de Segunda B y con mucha ventaja, tanta que casi bate el récord histórico de la categoría.

2) Ese nivel se corresponde con, al menos, la mitad de la tabla en Segunda.

3) El refuerzo estival de diez jugadores, alguno muy destacado incluso en Primera, sitúa al Oviedo virtualmente en posiciones de ascenso directo.

y 4) Conclusión: subimos seguro.

El arranque, de todos modos, no está siendo bueno ¿entonces?

A mi juicio -y después de reafirmarme en el teorema de septiembre- el problema del Real Oviedo este año es el mismo que el mostrado la temporada pasada: tiene un miedo, que roza el pánico, a perder.

Por eso el primer tiempo, como ya decía el míster el otro día, siempre lo tira. Si encima, porque el fútbol es como es, nos caen dos goles de entrada, rozamos el desastre.

Insisto, tenemos un equipo para subir, muy posiblemente la mejor plantilla de la categoría como ha dicho acertadamente el director deportivo, pero si no se pone a ese grupo a cien revoluciones no se alcanzará el objetivo posible y deseado.

El miedo es pasaporte seguro a la derrota. ¿Por qué ese temor insuperable? Bueno, eso lo dejo para otro día. En todo caso se combate con riesgo: cuando todos -insisto, todos- asuman que hay que jugársela y desde el primer minuto de cada partido el mal arranque se convertirá en buena marcha y final maravilloso. Lo veremos.

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