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Cien líneas

Pregoneros

El pregón de San Mateo le corresponde darlo este año al Real Oviedo pero, ya con el tiempo encima, no se sabe aún quién lo verbalizará. Al menos los festejos mantienen su nombre que no ha sido sustituido por Fiestas del Equinoccio de Otoño (FEO en siglas), quizá por falta de reflejos en los nuevos munícipes pero dudo que las Navidades se salven de los neosoviet que agitan España sobre todo si para entonces, como parece, la nación ha desaparecido. No se olvide que van a celebrar el golpe de Estado de 1934 que dejó Oviedo como un solar y causó la muerte de 1.000 personas en la ciudad. San Mateo, ya saben, era recaudador de impuestos, el oficio al que aspira todo progre, así que quizá eso haya salvado el nombre de las fiestas pero por una vez y no más.

Hace un montón de años tuve el honor de dar el pregón. Desde el Ayuntamiento me apremiaron y lo entregué a finales de julio, antes de marchar de vacaciones. Recuerdo apenas que entre los notables citaba a Prosinecki. La idea era el renacimiento de Oviedo.

Pues a la vuelta, el uno de septiembre, me encontré con una campaña municipal titulada "El renacimiento de Oviedo". Me habían pirateado el lema así que quedé como un miserable pelotas que amplificaba una iniciativa del Alcalde.

Al pregonero lo entrevistan mucho. Para el periódico lo hizo Salomé Suárez, compañera del alma. La escribimos a cuatro manos y pocas veces me reí tanto en mi vida. La foto, a los pies de la estatua de Feijoo. Pepe Colubi, para Radio Asturias, se lanzó a mi pobre yugular por lo del lema renacentista y ni intenté justificarme: lo dicho, quedé como un gochu.

¿Y si da el pregón Arturo Elías por vídeo conferencia?

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