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Mezclilla

Carmen Gómez Ojea

Fin de fiesta

La necesidad de prestar más atención a la diáspora, la fuga, el exilio y la deportación de millones de personas

La merienda-cena de la fiesta de Asturias de Covadonga este año la pandilla de amigas, autodenominadas Las Inocencias, la celebraron de modo muy especial, porque Sisina Peruelo quería pagar todos los gastos del evento gustosísima. El motivo de su esplendidez lo descubriría a la hora de los postres. Algunas se inclinaban a pensar que el porqué se debía a que le había tocado la lotería o había heredado inopinadamente un dinerillo. Y la sorpresa de todas creció cuando les comunicó que el festejo no tendría lugar en el restaurante donde solían reunirse para todas sus celebraciones, sino en un cenáculo encantador, el comedor privado de otro de más tenedores y campanillas. Y sí, en efecto, lo encontraron lleno de encanto con preciosas rosas rojas que contrastaban con el negro de las grandes jarras de cerámica asturiana de Llamas del Mouro, en las que las flores pervivían rozagantes. Y, además, observaron que, al lado de cada servilleta, había un paquetito envuelto en papel plateado, de cuyo lazo dorado colgaba una pequeña tarjeta, que Sisina pidió que ninguna leyera ni siquiera ojeara hasta que se sirvieran los licores y los dulces, el momento en el que ella haría caer el velo del misterio.

Comieron, se rieron, criticaron a los políticos, siendo M. R. B., el señor de los hilillos de chapopote, en lengua de los aztecas, chapapote en gallego y galipote en asturiano, el objeto directo de la charla durante los postres. Casi todas estuvieron de acuerdo, incluso algunas de sus votantes, en que era un hombre que ni mentía ni decía la verdad, ni de su boca imbesable salía algo claro, pues sus discursos y excursos eran sibilinamente neblinosos con sus sibilantes. Y en lo tocante a los partidos políticos hubo palos para todos, pero no corrió la sangre por los manteles, porque ninguna llevaba navaja en la liga y ni siquiera liga y eran incapaces de agredirse verbalmente de forma violenta y ofensiva, si bien tampoco se mordieron la lengua. Así las votantes del PP acusaron a las de Foro de que esa formación estuviera maringoneada por sindicalistas de izquierdas que también caciplaban en las decisiones de Podemos, lo que hizo que los ojos de las del PSOE brillaran de gozo satánico pensando que la pendencia entre ambas estaba a punto de comenzar, mientras que la ácrata bostezaba ruda y ruidosa para contemplar a continuación con una sonrisa etrusca, de Gioconda, la contienda que las peperas y foristas sostenían intercambiándose improperios muy calóricos para encender el fuego de la ira de las contrarias. Llegó un momento que el guirigay fue tal que un camarero asomó sus narices coloradas por la puerta para preguntar si la tercera gran guerra había estallado ya. Después terminaron los postres, siguieron bebiendo Mumm Cramant y sonó la hora en que Sisina desvelaría sus secretos.

Primeramente les pidió que desenvolvieran los paquetitos y leyeran la tarjetita adjunta. Decía: Vivan las alegres cornudas. Y en el pequeño envoltorio todas encontraron una cadena de oro con un colgante de azabache asturiano consistente en un par de cuernos. Aguardaron silenciosas y expectantes mirando para Sisina, que se regodeaba sin disimulo con la intriga que había despertado.

Todas conocéis a Sandalio, les dijo, y sabéis que es una buena persona, un poco simple. Pues bien, hace dos años celebramos las bodas de oro en Bora Bora y hace dos días descubrí que tiene una amiguita a la que, pobrecilla, engañó también, buscando y encontrando sexo por internet. Se puso en contacto conmigo, nos vimos y nos caímos más que bien. Me contó que, cuando se conocieron, le dijo que yo iba a divorciarme de él, porque había otro en mi vida, y ella se lo había tragado como una pata las miguitas de pan que le echan los niños. Entonces le propuse darle un escarmiento al felón. Ella le pediría una cantidad sustanciosa por daños morales y cuernos, amenazándolo con que, si no se avenía a ese acuerdo, me lo contaría todito, de la A a la Z; y yo haría lo mismo, pero exigiéndole más dinero, por antigüedad. Y entre las dos lo dejamos con el moco cayendo y con solo un klínex para sonarse.

El estupor fue roto por la gamberra de Magali que comentó que le hubiera gustado más que el "pendentif" fuera un pene circunciso.

Sisina reparó de pronto en Marcia la locuaz que no había abierto la boca y parecía amustiada, por lo que le preguntó si se encontraba bien.

No, respondió Marcia, estoy muy mal. Comimos, bebimos, nos reímos y hablamos de nosotras y de cosas que nos interesan e importan, pero ni una sola vez nos hemos referido a todas esas personas de todas las edades machacadas en su país o que huyen porque tienen medios para escapar de la muerte que muchos de ellos y sus niñas y pequeños encuentran en el éxodo. La diáspora, la fuga, el exilio, la deportación son condenas que sufrimos desde siempre, que padecieron ya las gentes que pueblan las páginas de la Biblia, donde sin cesar tribus, clanes, comunidades de personas debían escapar sin hallar sosiego ni salvación, cayendo en los caminos que se cubrían de cadáveres para festín de los cuervos, y los que no se morían vivían un infierno esclavizados.

La historia siempre se repite y Eneas debe cargar de nuevo a hombros con Anquises, su anciano padre, para no arder en el incendio de Troya. Lo que está ocurriendo en Siria tiene culpables: los vendedores de armas y los que pueden parar la guerra y no lo hacen porque les interesa que prosiga. Así que, al igual que ocurrió en España, sería una solución que se crearan brigadas internacionales de soldados voluntarios que fueran al lugar de la tragedia para acabar con la destrucción y la matanza, y terminar con el éxodo y con los energúmenos que no merecen vivir por despreciar la vida.

A estas altas horas de la historia no se pueden consentir guerras santas ni guerras depredadoras de ninguna clase, salvo las que tienen por objetivo acabar con opresores y matarifes fanáticos. Es preciso escarmentar a ese monstruo formado por quienes creen que en su cabeza vive Dios que habla por su boca. Mientras no se le corten todas las cabezas a ese monstruo, crecerá, engordará como un cerdo y lo tendremos a las puertas de nuestro país, de nuestra ciudad, en la acera de nuestra calle, a la puerta de nuestra casa, en nuestro dormitorio, junto a nuestra cama, para degollarnos cantes de que nos durmamos.

Todas estaban muy afectadas por las palabras de Marcia.

Sisina sólo dijo: No es éste el fin de fiesta que yo quería en este cenáculo, pero el mundo es cada día más inhóspito, porque hemos olvidado la "pietas", y sin piedad seremos lobos carniceros, nos devoraremos y los que más coman sin ser comidos reventarán y se convertirán en carroña para los buitres.

¿Qué pasó con Sandalio?, le preguntaron.

No pasó nada notable. Bueno, quizá lo sea que se haya hecho una operación para convertirse en eunuco. Y se encuentra más contento que cuando no estaba castrado.

Ninguna dijo ni mu. Y Sisina Peruelo sacó de una cajita una cadena con un colgante que eran dos cuernos de azabache asturiano y se la puso al cuello, y todas la imitaron.

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