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Cien líneas

Ni se quedan ni se van

El negocio de Cataluña es España y lo explotan con chantajes endémicos

Vamos a ver, hombre, ni lo uno ni lo otro. La hoja de ruta -de alguna manera hay que decirlo- sobre Cataluña o sea en torno al conjunto de España ni contempla una resistencia seria al separatismo por parte del sistema ni supone la independencia inmediata. La idea y, por supuesto, lo que va a ocurrir camina por vías intermedias. Como siempre. De esta darán un gran paso hacia la meta final pero aún no la van a pisar.

PP y PSOE -no se por qué aún no escribo siempre PPSOE- siguen órdenes y esos dictados suponen que Cataluña se aleje todavía más del conjunto de España. Llevamos así años y años. No entiendo la sorpresa que algunos dibujan en sus rostros. Cómo será la cosa que el ministro de Exteriores Margallo es el encargado de hablar de Cataluña: señal inequívoca de que el Gobierno considera que es virtualmente otro país. Y encima dice lo mismo que los separatas, independencia fiscal y tal y tal y tal.

Pero tampoco los separatistas van a lograr de ésta la independencia. Ojalá. Me explico.

Si se van tras el 27-S, cerramos las fronteras, sus mercancías -el 70 por ciento de lo producen se venden en el resto de España- van a la ruina, se suprimen las fichas bancarias de sus entidades financieras y en tres meses Cataluña se convierte en Cuba. Y en seis, está pidiendo de rodillas su reingreso en España.

Y si no, y si la dictadura en ciernes se impone al modo castrista desde Barcelona hasta el último rincón de la comunidad pues peor para ellos y mejor para nosotros que dejaremos de ser su corralito.

No va a ocurrir tal. Como tampoco aplicará Rajoy el artículo 155 de la Constitución para retirar las competencias a la Generalidad.

La vía actual, la intermedia -objetivamente la peor- se reafirmará. Seguirán viviendo del resto de España con sus chantajes, aranceles emocionales, mercados cautivos y monopolios interiores tal que la pseudo cultura propia. Una calamidad.

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