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Museo

Un acto político de izquierdas, con Podemos y tal, en el Pueblo de Asturias

Beni Millares me pilló desprevenido el otro día y me lió para que fuera a escucharlo tocar la quena en el Museo del Pueblo de Asturias de Gijón y, de paso, asistir a un acto político de izquierdas, con Podemos y tal.

Así que el pasado día 6, domingo, me planté en el citado museo, en que, after Beni, se presentó un "Manifiesto por la confluencia y el cambio político en Asturias". En cuanto aparecí, me vino a saludar -siempre en guardia, camarada- José Manuel Álvarez, "Pravia", destacado dirigente del PCE asturiano -antes de ser PCA- en los primeros años setenta del pasado siglo. "Pravia" era de aquella más famoso que el Pupas porque, aunque clandestino, iba por la vida a cara descubierta (no como algunos troskos que, según Roberto Díaz del Valle, a veces te citaban a una reunión y luego se te presentaban con pasamontañas).

Pero volviendo al citado manifiesto "por la unidad", la idea que anima el texto es intentar cargarse el bipartidismo, casi ya un lugar común desde que Podemos llegó al mundo (de la tele) y al que se apunta todo quisqui, así que lo que más me atrajo a mí del asunto fue la nómina de abajofirmantes que lo propugnaba: junto a "Pravia", allí estaban muchos de mis viejos excamaradas o allegados del año de la Polka, un personal entre el que, además de algún conocido saltimbanqui que no pierde comba, estampaban su nombre ciento y pico viejos militantes o allegados del PCE antifranquista (lo que en argot marxista se llamaba "fuerzas de la cultura" ), es decir, en su gran parte gentes puras y castas políticamente hablando que, salvo alguna excepción que mejor ignorar, han permanecido al margen de la gestión política y, con ello, de su derivación a veces oscura, si no corrupta.

Con lo cual, la verdad, me resultó muy apropiado que el asunto naciera entre viejas casonas, hórreos, aperos de labranza y otras joyas etnográficas entre las que, hasta el pasado día 6, domingo, yo siempre había echado en falta, para animar el lugar, tan inerte, restos de la era moderna de Asturias (mineros e industriales) y, sobre todo, algún que otro ser vivo de ese tiempo. Una época que, aunque añorada, a mí me resulta ya pura etnografía. O prehistoria. En cualquier caso, una pieza muy valiosa de mi museo personal.

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