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Ixuxú

La hazaña de Azaña

Tal día como hoy de hace 83 años, llegaba a comer a Gijón el Jefe del Gobierno y ministro de la Guerra, Manuel Azaña. Su inesperado viaje, -"la hazaña de traer a Azaña" a Gijón-, se debió a las gestiones en Oviedo de dos gijoneses ilustres: el opulento vecino de Cenero Valentín Álvarez, concejal y Vicepresidente de la Diputación, y Gil Barcia, alcalde melquiadista.

Azaña había llegado la noche anterior a Oviedo. Como ministro, tenía destinado el día a visitar las fábricas de armas de Oviedo y Trubia; sin embargo, los dos gijoneses de la conjunción republicano socialista le convencieron, porque para Gijón el Presidente traía la devolución al pueblo del cerro de Santa Catalina, que el ejército había ocupado por temor, tras la guerra de Cuba...

Comió en el Club de Regatas, antigua batería, con nutrida representación de la villa, Alcalde, Vicepresidente, miembros de su partido y concejales: Moriyón, socialista; Fombona, Acción republicana; Ramón Fernández, federal; Díaz Blanco, Secretario del Ayuntamiento; presentes también, Azcoitia y Castrillón, industriales y directivos, y Secundino Felgueroso, minero y Presidente.

Quedó para la historia la fotografía de tres periodistas rodeando al Presidente en una mesa de la terraza sobre la mar; todos, periodistas y Presidente a un mismo nivel en sillas de madera, entre papeles y tazas de café.

Santa Catalina. Azaña no visitó el Cerro en aquella ocasión, ni el tiempo, ni el cansancio, se lo permitieron. "Volveré pronto para devolver personalmente el Cerro a Gijón". Pero no le fue posible. En 1933 lo entregó el señor Caramés, Delegado Provincial de Hacienda. Remilitarizado, por la Revolución del 34, el Alcalde Palacio consiguió que de nuevo volviera a Gijón. Costó esfuerzos y dinero?, pero volvió.

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