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La lesión de Messi y poco más

El atropello intelectual de pisar la palabra al prójimo es un desprecio al debate

En fin. No te apetece hablar de lo mismo que todo el mundo- cuestión de principios- pero esta vez te toca ser tangencial. En la noche del domingo hubo un debate sobre las elecciones catalanas: la frase que más me interesó la dijo la defensora del independentismo: No he acabado mi argumento. Tenía razón en decirlo: la estaban interrumpiendo. Si hubiera algo tan nítido como dos países que se distinguen en considerar aceptable o inaceptable interrumpir a quien habla sin dejarle terminar- que es cosa de primitivos- uno reconsideraría un poco su punto de vista sobre el divorcio entre dos lados del Ebro. El hábito de pisar la palabra del prójimo es un desprecio al debate en sí y un atropello intelectual. En España, de puro frecuente, no escandaliza, pero lo es. Cuanto más civismo, menos interrupciones. La lesión de Messi, por otra parte, tiene preocupada a la parroquia porque podría el hombre no estar listo para el partido contra ya sabemos qué eterno rival. ¿Eterno? Casi seguro que sí. Es del todo alucinante que solo ahora, a estas alturas del mogollón, se hable en serio de lo que podría pasar con quien importa; vale decir con el Barça. No ha primado en el discurso secesionista una alusión diáfana al futuro del club, mucho menos una disposición a llevárselo debajo del brazo caso de romper con el statu quo actual. Y si alguien en los aledaños de Moncloa hubiera tenido la cintura de hacer ver que una separación en toda regla es eso, una separación en toda regla sin pasteleos balompédicos colaterales, nos habríamos ahorrado un montón de energía. La postura de Mas fue inteligente al decir que la Liga española necesita al Barça, pero se le olvidó lo importante. Irse de un sitio tiene sus implicaciones; si el Barça necesita de la Liga española y el tirón es mutuo, ¿A qué hablar de desconexión total?

Lo importante es lo que no se dice. Escuchamos lo que piensa de la cuestión catalana gente que gana fortunas por jugar con un balón. Es muy sencillo. La gente que tiene que currar todos los días y no ganaría ni en las vidas de un gato la pasta que levanta en un santiamén un VIP del deporte rey debería tener en cuenta que no todo va a ser banderas al viento; la lucha de clases también existe. Dos cosas, en suma: una, que mientras el Barça se quede donde está no hay debate cerrado. Y otra, que puede que importe mucho de dónde es alguien, pero también importa cuánto gana haciendo qué. La lesión de Messi. Qué rollo.

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