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La mitad de Cataluña

La de ayer fue una noche triste para los españoles que queremos a Cataluña. Para los que admiramos a Montserrat Roig, Josep Pla, Esther Tusquets, Juan Marsé o Carlos Barral, figuras clave de las letras con los que descubrimos una tierra, a veces áspera, a veces entrañable, que ahora nos niega. Es esa mitad de Cataluña que el domingo apostó por mandarnos a paseo la que resucita el estupendo "Gener del 76" con el que Lluís Llach ponía letra y música a sentimientos colectivos reprimidos durante la dictadura, emociones compartidas al grito de amnistía y libertad en conciertos multitudinarios. La alegría y la conexión era tal que los no catalanes lamentaban no hablar aquella lengua para hacer suyas las canciones-mensaje que los redimía de un pasado sombrío. ¿Qué sucedió entonces para tanto desdén, para tanta ceguera? Muchos amamos su Mediterráneo -también el de Serrat-, sus Ramblas, su cava, sus masías, su arquitectura modernista. También nos gustan las sardanas, recorrer la Diagonal, subir a Montjuic, comer una esqueixada y visitar parajes tan auténticos como las ruinas romanas de Ampurias o el monasterio de Poblet, tan españoles también. Por esas y otras razones lamentamos que el seny catalán haya fallado en esta ocasión y la mitad de una tierra tan querida nos haya dado la espalda.

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